Desde 2018 el equipo de investigadores chileno – japonés analizó cerca de 3 mil muestras en las costas chilenas, labor que se continuará llevando a cabo durante los próximos 3 años
Muertes humanas y de ballenas, además de pérdidas económicas y empleos han sido parte de las consecuencias de la Marea Roja en Chile durante la última década. Por ejemplo, en 2022, en Aysén, murió un pescador por consumir mariscos afectados mientras realizaba labores de extracción; en 2015, cerca de 350 ballenas fueron encontradas muertas en la zona del Golfo de Penas; y en 2016, en la región de Los Lagos, se estima se perdieron 800 millones de dólares y más 30 mil empleos producto de un brote de las llamadas científicamente “floraciones algales nocivas”, FAN.
No es casualidad que dichas informaciones se concentren en la zona sur y austral de Chile, es allí donde la Marea Roja se da comúnmente, no obstante, en los últimos años se ha estado desplazando hacia el centro del país presumiblemente por efecto del calentamiento global, lo que sin duda preocupa por el impacto que pueda tener.
En este contexto, investigadores chilenos y japoneses, encabezados por el doctor en Filosofía en Ciencias Farmacéuticas de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de Universidad de La Frontera (UFRO) , Milko Jorquera, desde 2018 realizan monitoreos que permitan predecir posibles nuevos brotes de Marea Roja. Según explicaron desde la casa de estudios estas predicciones se realizan a partir de la información genética por secuenciamiento de alto rendimiento e inteligencia artificial.
Tras analizar cerca de 3 mil muestras recolectadas de las costas chilenas –incluidas las del evento FAN producido el 2021 en el fiordo Comau- durante los últimos 5 años, lograron desarrollar tres modelos que están instalado en los servidores del Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) para su evaluación piloto y que durante los próximos 3 años seguirá siendo alimentando con información genética.
“Actualmente, predecir FAN es imposible, y por ello, Chile cuenta con un sistema continuo de monitoreo, que puede dar paso a algunas medidas de mitigación –como mover las jaulas de los cultivos de salmones- y prevención, como impedir el consumo de productos marinos por la población, pero no para anticipar el surgimiento de FAN, que es lo que pretendemos resolver con este proyecto científico”, explica Milko Jorquera.
Jorquera también señaló que “Mientras más datos genómicos se ingresen a los modelos, más certero es el pronóstico. Esperamos que funcione bien y sea considerada en el futuro cercano como una herramienta útil para la predicción de eventos FAN en Chile, tanto para el sector público como privado”.
El proyecto de Monitoreo de Algas en Chile (MACH), fue desarrollado por un consorcio científico de instituciones chilenas (U. La Frontera, U. Antofagasta, U. los Lagos e IFOP) y japonesas (U. de Hiroshima, U. Okayama, Instituto Pesquero de Japón) que buscaba monitorear y estudiar los procesos de floraciones algales nocivas (FAN) en las costas de Chile, para lo cual contó con un financiamiento del Programa Asociativo de Investigación en Ciencia y Tecnología para el Desarrollo Sustentable (Satreps) del Gobierno de Japón.