En el marco del proyecto internacional “Miracles”, financiado por la Unión Europea, investigadores del Laboratorio Bioal de la Universidad de Antofagasta (UA) y del Centro de Investigación Científico y Tecnológico para la Minería (CICITEM)
El proyecto “Miracles” de la Comunidad Europea tuvo como objetivo fundamental fortalecer la industria biotecnológica y el desarrollo integral de las tecnologías de Biorrefinería para la producción de bioproductos a partir de microalgas, estudiando su aplicación en alimentos, acuicultura, farmacéuticas y en otras áreas estratégicas.
En Chile, fue el Laboratorio de Biotecnología Algal & Sustentabilidad, Bioal, de la UA junto a CICITEM quienes desarrollaron el proyecto, generando además de los descubrimientos, varias tesis de pre y postgrado, así como un alto nivel de vinculación con otros centros de investigación de Chile y el Extranjero.
“Participamos en el grupo de bioprospección, análisis y caracterización de microalgas nativas del Desierto. Paralelamente en otros ambientes, como el Ártico y el océano Atlántico, trabajaron la Universidad de Bergen de Noruega y el Banco Español de Algas en las islas Canarias”, explicó la Dra. Mariella Rivas, directora del proyecto por parte de la UA y CICITEM.
Las 14 cepas de microalgas descubiertas, fueron encontradas en su mayoría en fuentes hídricas del altiplano, tales como lagunas y salares, mientras que una es propia de la costa de Paposo, localidad ubicada a 175 kilómetros al sur de Antofagasta.
“Nuestra participación llegó hasta entregar esta información, pues ahora son las empresas del sector Biotecnológico quienes caracterizarán las microalgas y buscarán posibles aplicaciones. En el caso de obtenerse patentes comerciales, es necesario señalar que están nuestros derechos protegidos”, explicó la doctora Rivas.
Valor
Actualmente, una importante industria a nivel mundial que busca incorporar las proteínas, pigmentos, ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y biopolímeros que producen las microalgas en una amplia gama de productos, como una forma de resaltar los compuestos de origen natural. “Hablamos de colorantes y preservantes en alimentos, o de aplicaciones farmacéuticas, cosméticas o en la industria del plástico biodegradable”, señala la científica, agregando que incluso, hoy existen investigaciones para utilizar microalgas en la construcción de las celdas fotovoltaicas.
“Una microalga específica, que fue aislada desde la Laguna Salada en Peine, es investigada por científicos de la Universidad Andrés Bello junto a un estudiante de magister de la UA, pues se descubrió que su pigmento es un buen conductor de fotones “, explicó la académica e investigadora.
Transferencia
Respecto a las perspectivas de esta investigación, más allá de los negocios biotecnológicos que se puedan producir en el futuro, la doctora Rivas sostiene que en el caso, por ejemplo, de la microalga que tendría aplicación en las celdas fotovoltaicas “se podría trasferir la tecnología de cultivo a las comunidades, dotándolas así de una nueva herramienta para su desarrollo productivo y sustentable”.
El equipo de científicos y estudiantes que participó en esta investigación, estuvo integrado por el doctor Manuel Zapata, el biotecnológo Alejandro Maureira y los tesistas de pregrado de la Carrera de Biotecnología Javiera Collao, Cristian Sepúlveda, Alejandra Vásquez, Debra Castro (Bioquímica), entre otros.