Por: Wladimir Román Miquel. Abogado, Ex – Intendente de la región de O´Higgins
Con estupor escuche que la propuesta de un candidato presidencial para terminar la delincuencia era “meter balas”, no solo por ser palabras de alguien que espera dirigir una nación, si no porque cientos de personas estaban de acuerdo en que esa era la “solución”.
Sé que la sensación de inseguridad es algo que nos afecta a todos, los tribunales de justicia habitualmente ponen en la calle a avezados delincuentes que de forma casi inmediata vuelven a cometer distintos tipos de delitos y hay personas que han sido víctimas reiteradas de estos delincuentes, pero es solo necesario preocuparnos de ellos y de cómo ponerlos tras las rejas y ejercer castigos ejemplares para inhibir la comisión de delitos?.
Por cada delincuente que es condenado en nuestro país hay dos que delinquen por primera vez, hoy miles de niños son utilizados para efectuar el “trabajo sucio” de delincuentes mayores de edad aprovechando que nuestra legislación impone sanciones mínimas o derechamente no sanciona a menores dependiendo de su edad…. ¿Ellos nacieron delincuentes, o también son víctimas de haber nacido en un lugar rodeado por violencia y olvido?.
Son cientos de miles de niños los que viven olvidados, ellos no cuentan con apoyo o oportunidades que les permita evadir el destino que les impone haber nacido en un determinado lugar, ellos, sus hijos, los hijos de sus hijos y las generaciones posteriores recibieron una condena antes de nacer y esa condena los llevará indefectiblemente en miles de casos a vivir una vida llena de carencias, violencia, y discriminación. Quizás un niño en miles pueda romper las barreras pero no será habitual, y mientras tanto nosotros, la sociedad, cerramos nuestros ojos y seguimos adelante como si ellos no existieran.
Cuando digo “los niños primero” no solo me refiero a que todos merecen recibir una educación de calidad, también digo que las instituciones como el SENAME deben ser reformadas piedra por piedra, evitar que estos niños sean institucionalizados en verdaderas escuelas del delito, una sociedad que quiere más seguridad no solo debe pretender poner a todos en la cárcel, debe evitar que nuestros niños se conviertan en delincuentes, el destino de los invisibles está marcado porque no lo queremos ver.
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