Por: Manuel Baquedano M. Sociólogo de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica). Fundador del Instituto de Ecología Política
Este miércoles 1 de agosto tristemente conmemoramos el día en que hemos consumido los recursos naturales que el Planeta disponía para ser utilizados a lo largo de todo el año. Desde este jueves 2 y hasta fines de diciembre extraeremos de la naturaleza recursos naturales como agua, alimentos, tierra, carbono o madera que el Planeta ya no podrá restituir. De esta manera, para mantener el ritmo de la actual actividad económica, a fin de año habremos consumido 1,7 planetas.
Esta estimación que se realiza todos los años y que comenzó en la década del ´70, demuestra que el día del sobregiro ecológico cada vez se produce más temprano. Tanto es así que en 2019 el sobregiro tendrá lugar durante el mes de julio mientras que hace 30 años era un 20 de octubre. En los ´90 el sobregiro fue el 30 de septiembre y hace diez años, el 15 de agosto.
Esta fecha es un promedio global y esconde distintas realidades para los países de la región y del mundo. Chile tiene un territorio rico en biodiversidad y es por eso mismo que está en una situación “favorable” al compararse con otros. Este año, nuestra “despensa” de biocapacidad nos permitirá reproducir nuestros recursos naturales hasta el inicio del mes de noviembre pero ya el próximo año la “despensa” sólo nos alcanzará hasta fines de octubre.
Hay otros países que están en una situación de vulnerabilidad extrema como es el caso de Singapur, un país que, a pesar de estar dotado de una gran conciencia y planificación ecológica, sus recursos sólo le alcanzan para satisfacer las necesidades de tres días. Pese a su alto desarrollo, Singapur sería uno de los primeros países en desaparecer si se produjese un colapso civilizatorio repentino. Otro país vulnerable sería Arabia Saudita ya que su principal riqueza es el petróleo y este recurso podría agotarse como producto comercial hacia el 2030. Arabia Saudita podrá subsistir con su propia biocapacidad menos de 30 días de acuerdo a las estimaciones de este año.
Según Mathis Wackernagel, director y cofundador de Global Footprint Network y colaborador del Instituto Ecología Política, el día del juicio se está acercando pues “Nuestras economías actuales están ejecutando un esquema Ponzi con nuestro planeta”. Esto es así porque “Estamos tomando prestados los recursos futuros de la Tierra para operar nuestras economías en el presente. Como cualquier esquema Ponzi, esto funciona por un tiempo pero a medida que las naciones, las empresas o los hogares se hunden cada vez más en deudas eventualmente se desmoronan”.
Queda claro que, con esta deuda ecológica que aumenta año tras año, el crecimiento económico que caracteriza a la actual sociedad de consumo no tiene cómo sostenerse y dirige a nuestra civilización industrial a su paulatino desmoronamiento y colapso.
En este contexto, podemos comenzar por conocer nuestra Huella Ecológica como individuos o como miembros de una comunidad o de un país. También podemos empezar a poner en práctica elementos de la vía de la simplicidad que nos permitan dar los primeros pasos en el abandono de la sociedad de consumo al producir algunos de nuestros alimentos y dejar de comprar otros como, por ejemplo, ajos que provengan de China. También podemos producir nuestra propia energía gracias al sol y al viento y podemos proponernos eliminar de nuestra vida cotidiana el plástico y las mercancías superfluas.
Ya no basta con reciclar. Tendremos que cambiar el modo de vida si no queremos que el día del juicio planetario llegue mucho más temprano de lo que imaginamos.
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