Por: Richard Andrade C. Director de Poderyliderazgo.cl
No cabe duda que la pandemia del coronavirus ha golpeado con fuerza a la sociedad chilena y su economía, especialmente a las familias más vulnerables del país. Ahora bien, durante este período las Pymes chilenas han estado muriendo lentamente, generando endeudamiento, despidos y nula dinámica económica en los territorios. Solo basta recorrer el centro de nuestras ciudades y ver la cantidad de letreros anunciando su venta o su arriendo.
Desde el Ejecutivo se habla de reactivación, de la importancia de la Pymes para el desarrollo y recuperación del país, pero en la práctica no es más que un discurso para la galería, pues día a día los emprendedores, los pequeños y medianos empresarios están cerrando sus negocios, y con ello perdiendo su sustento económico y la de sus trabajadores, es decir de miles de familias a lo largo y ancho del país.
Desde ASECH piden la implementación de un protocolo de apertura, inyección de recursos directos al sector, dotarlas de liquidez, postergación pagos de tributos y renegociación con la banca. Es decir, un plan integral de apoyo a las Pymes, de lo contrario muchas más morirán.
Esta dolorosa realidad ratifica la desconexión absoluta del Gobierno con el mundo de las Pymes y con quienes están detrás de ellas, ya que hasta ahora las ayudas del estado en materia de empresa han sido focalizadas en la gran empresa… Latam, Enjoy, solo por nombrar algunas, mientras las Pymes han debido recurrir a sus fondos previsionales o al seguro de desempleo. Es decir, han enfrentado la mayor crisis económica de los últimos tiempos en la más absoluta soledad.
Para un Gobierno que defiende con elocuencia al mercado y la consigna del derecho y la libertad de emprender, resulta inconcebible, contraproducente e ilógico el total abandono que están viviendo las Pymes. ¿Cuántas pymes beneficiadas por los diversos programas de fomento, emprendimiento e innovación impulsados por Corfo o Sercotec son proveedores del Estado hoy? Se requieren hechos concretos, no sólo cumplir con indicadores.
Hoy más que nunca debemos cuidar lo nuestro, nuestras pymes de norte a sur, ya que son ellas las agregan valor a los territorios, son ellas las que dinamizan las economías locales, son ellas las que generan empleos, son ellas las que satisfacen las demandas más cercanas de la ciudadanía.
Es tiempo que el Gobierno genere un apoyo concreto al sector, sin letra chica, que conecte y responda a la compleja realidad que están viviendo los emprendedores, pequeños y medianos empresarios del país, pues su rol en la reactivación económica es y será trascendental.