Por: Nathalia Silva. Gerenta Economía Circular de ReSimple
Avanzamos de una economía lineal a una circular que busca entre sus objetivos el uso eficiente de los recursos naturales a partir de acciones concretas como la posibilidad de adquirir productos contenidos en envases y embalajes reciclables y circulares con menor impacto ambiental. En esta decisión de consumo, el mundo femenino, que por estos días releva múltiples demandas por el 8M, tiene el poder de activar cambios en los patrones de comportamiento y la oportunidad además de instalar con esta práctica diaria una cultura de lo sustentable que sea el punto de partida del nuevo camino del reciclaje.
¿En qué posición se encuentran las mujeres chilenas para ejercer esta tarea? Un antecedente potente es que cada vez más mujeres son jefas de hogar. En 1990 representaban el 20,2% de los hogares del país, mientras que en el 2017 más que se duplicaron, alcanzando el 42,4% (2.454.903) del total de hogares a nivel nacional, siendo los últimos 17 años los que han concentrado prácticamente la totalidad del aumento, según cita el Ministerio de Desarrollo Social y Familia en base a estadísticas de la Encuesta Casen.
Si a este escenario agregamos el hecho de que en la vida moderna las mujeres están ejerciendo mayor influencia a la hora de adquirir bienes y servicios, las expectativas son desafiantes y por lo mismo interesantes.
En efecto, la empresa de análisis de audiencias Nielsen lo corrobora: para el año 2028 las mujeres poseerán el 75% del gasto discrecional del planeta, lo que las convertirá en las más influyentes del mundo. También coincide un estudio de BCG y otro de Deloitte que calcularon en un 80% y 89%, respectivamente, el porcentaje de compras cotidianas sobre el que predomina la determinación femenina.
Si queremos ser protagonistas de la construcción de un nuevo paradigma de consumo responsable tenemos a nuestro favor factores positivos para el arranque de esta motivación ¿Cómo conducir entonces este proceso? Aquí es cuando aparecen iniciativas que fomentan decisiones informadas y oportunas, como el sello Elijo Reciclar, la primera eco etiqueta presente en más de 2.000 envases que orienta al consumidor y lo ayuda a identificar los envases que deben ser separados y dispuestos en el flujo de reciclables.
Va en línea con el principio de ecodiseño o diseño para la circularidad que promueve la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje (Ley REP) en el marco de la cual operamos oficialmente como sistema de gestión desde el 2 de octubre del año 2023. Actualmente, hemos aterrizado en más de 20 comunas y proyectamos seguir creciendo en los próximos meses de Arica a Punta Arenas con el propósito de implementar un servicio de reciclaje que considera la recolección, clasificación y valorización de los envases y embalajes viables de ser reciclados, aportando con esto a elevar las tasas de reciclaje del país.
Un consumo consciente repara en este tipo de sellos y los prioriza en los envoltorios de los productos. Además, verifica que efectivamente se integren otros símbolos complementarios como la etiqueta de información que funciona como una tabla que da cuenta, de manera estandarizada, qué hacer con el envase, buscando asegurar su reciclabilidad y posterior valorización, y también nos permite identificar cuáles no lo son, de tal modo de fomentar la cultura de reciclaje a nivel nacional. Por ejemplo, esta etiqueta indica que una lata de bebida se entrega aplastada al camión del reciclaje, al punto limpio o punto verde, o si un envase se entrega seco como es el caso de las botellas de vidrio o bien cuando una materialidad, como los corchos, es compostable.
Consumir es más que el acto de comprar. Cada decisión y práctica tiene sus consecuencias y cuando se trata de mitigar el impacto ambiental a través de los hábitos, las mujeres somos comunicadoras naturales. Debemos dar estas señales con acciones cotidianas al momento de realizar las compras, pues así vamos perpetuando el ejemplo en la familia, en los círculos cercanos y en las actuales y futuras generaciones.
Por otro lado, al preferir productos en envases fabricados con materiales de menor impacto como lo son los reutilizables, fabricados con material reciclado o de menor gramaje, estamos apoyando a aquellas empresas responsables que aplican políticas de desarrollo sustentable como la Ley de Reciclaje.
Impulsamos un círculo virtuoso en torno a la economía circular, al desarrollo de un mercado y una industria del reciclaje y junto con ello aportamos al cumplimiento del ODS 12. El año pasado Chile alcanzó el sobregiro ecológico, siendo el primer país latinoamericano que alcanza este preocupante hito medioambiental. Una noticia triste que debería movilizarnos urgentemente, porque como todos sabemos, no tenemos un Planeta B.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.