El Gobernador Regional de Tarapacá analizó junto a Poderyliderazgo.cl lo que ha sido su primer mes como máxima autoridad política del territorio, donde el tema presupuestario es la mayor de sus preocupaciones
En su primer mes como gobernador regional de Tarapacá, José Miguel Carvajal Gallardo (Comunes) ha ejercido su rol luego de heredar distintos asuntos complejos del ex intendente y ahora delegado presidencial Miguel Ángel Quezada (UDI). Uno de ellos, por ejemplo, es que deberá enfrentar como representante legal del Gore las distintas indemnizaciones a trabajadores desvinculados por Quezada al llegar al Gobierno en 2018. Otro punto, y que protagonizó este viernes recién pasado, tuvo relación con la solicitud de renuncia al gerente general de la Corporación Tarapacá, Rodrigo Guagama, quien fue designado como gobernador provincial de Iquique en 2020, pero debió dar un paso al costado tras revelarse acusaciones de acoso laboral en la Corporación.
¿Cómo evalúa este primer mes en el cargo como gobernador regional?
“Este proceso de instalación lo hemos tratado de realizar de la manera más cuidadosa y prolija posible por el buen funcionamiento del Gobierno Regional. Hemos generado ya las primeras reuniones con los actores que nos van a permitir llegar a la ejecución presupuestaria, hemos tratado de ir resolviendo aquellos problemas administrativos y algunas situaciones judiciales que hemos recibido como herencia del Gobierno Regional que administraba Miguel Ángel Quezada como intendente”.
“Nos han tocado unas primeras semanas no tan fáciles, porque también hemos visto dificultades respecto al propio Gobierno en nuestra instalación. A nosotros todavía no nos ocurre, pero en algunas regiones ha existido una decisión de que los servicios públicos no puedan conversar con los gobernadores regionales. Ha sido dificultoso por la poca o nula colaboración del Gobierno central”.
¿Qué problemas puntuales ha tenido usted con el delegado presidencial?
“Principalmente me tienen preocupado los temas presupuestarios. Hoy no podemos proyectar el presupuesto del próximo año porque quedó hecho en este Gobierno. Nos preocupa eso porque nuestros intereses, y por los cuales la gente votó, no van a ser precisamente los priorizados. Si bien vamos a tener que hacer algunos ajustes o modificaciones presupuestarias, todo se vuelve engorroso y complejo, porque dejaron todo diseñado para el próximo año. Lo presupuestario yo diría que es lo más complejo”.
“También hemos visto, en esta misma instalación, problemas con algunos espacios, no solo físicos. No se nos ha permitido tomar la decisión de cómo administramos nuestro recinto. Tampoco ha podido ingresar la totalidad de los funcionarios que hoy tiene el Gobierno Regional. Muchos de esos profesionales por efecto COVID están trabajando desde sus casas, pero nadie se preocupó de que tuviéramos un espacio. Hay personas que no tenemos la posibilidad de hacerlas ingresar y deben trabajar en turnos para no tener dos o tres personas en una oficina”.
Ha dicho a los consejeros regionales que algunos proyectos del ex intendente Quezada no seguirán, usted siempre habla del proyecto de Bandera Bicentenario, pero, ¿hay más proyectos del ahora delegado presidencial que no se mantendrán?
“Nosotros vamos a priorizar los fondos con los proyectos que creemos le hacen más sentido a la gente con focos territoriales a través de los municipios y del propio Gobierno Regional, pero no vamos a priorizar los proyectos sectoriales y ahí efectivamente hay iniciativas de Corfo, Sercotec, también hay iniciativas presentadas por la Seremi de Transportes, que son proyectos millonarios que fueron ingresados y que nosotros no vamos a priorizar presupuestariamente. Son señales para plantearle a la comunidad que hoy día este Gobierno Regional no va a financiar al Gobierno de Chile. Cada una de estas gestiones debe ser de los ministerios”.
“Muchas iniciativas sectoriales van a quedar postergadas. Hoy estamos en un análisis uno a uno de los proyectos, caso a caso, porque estamos notificando a muchas instituciones que no van a ser priorizadas. Seguramente esta decisión va a causar complicaciones a los servicios, pero es una manera de decirle a los servicios que aquí en la región no se va a financiar al Gobierno central. Nos parece bastante complejo que se hayan comprometido tantos proyectos de miles de millones y a última hora”.
¿Los calificaría como proyectos de amarre?
“Puede ser, yo diría que son proyectos para dejar comprometido presupuestariamente el próximo año y dejarnos sin ninguna posibilidad de presentar iniciativas que la gente votó, que nosotros llevamos adelante en nuestro programa, con un carácter social, inclusivo y progresista”.
Entonces recién para 2023 sería un presupuesto netamente regional…
“Lamentablemente la proyección del presupuesto para el próximo año ya la hicieron los intendentes anteriores. El próximo año debiéramos ingresar esos proyectos al Core o asignarles recursos y eso es lo que no va a suceder, nosotros no vamos a cumplir una proyección del Gobierno actual, porque era una proyección de una persona designada y no responde a lo que la comunidad votó. De todas maneras, no es que el presupuesto del próximo año esté cerrado, pero nos va a complicar más sacar e ingresar proyectos nuevos”.
Por ahora José Miguel Carvajal ha puesto atención a cuatro proyectos liderados por el Gobierno Regional de Tarapacá y que heredó de la administración anterior. El proyecto de fachadas de Paseo Baquedano, un sitio patrimonial de los tiempos salitreros, el alcantarillado de Chanavayita, una caleta al sur de Iquique, el cementerio de Alto Hospicio, la comuna más joven de la región, y la electrificación de Colchane, al límite con Bolivia. “Tenemos cuatro proyectos que a mí me tienen muy preocupado, porque no quedaron correctamente realizados”, expresó.
Figura del Delegado Presidencial
La semana pasada también se evidenció otra carencia que tendrán los gobernadores regionales, su nula influencia en la discusión de proyectos de impacto ambiental. Ocurrió con el proyecto Dominga, que se aprobó en la Comisión de Evaluación Ambiental, instancia donde la gobernadora regional de Coquimbo no participa. Tampoco participan en instancias de emergencias.
En un inicio se decía que el gobernador sería una figura decorativa. En la práctica, ¿ha sentido que el gobernador no tiene facultades y está de manos atadas?
“No, creo que el gobernador tiene una buena cantidad de atribuciones para comenzar a ejercer liderazgos. Nos reunimos con los alcaldes para convocarlos a una mesa de trabajo sobre seguridad, agua, vivienda y reactivación económica. El único cargo decorativo es el delegado presidencial, porque no tienen ni un peso, él está representando a Santiago y no tiene presupuestos ni ninguna posibilidad de cumplir algún programa o proyecto para la región, solo puede coordinar los servicios y hablar con Santiago. Creemos que es una figura que se va a terminar”.