Para la académica de la UCN el caso convenios hipotecó la proyección presidencial de Carlos Montes (PS), de un próximo gobierno de centro izquierda y de la propia diputada de la región de Antofagasta
“En política uno juega ajedrez, no juega Damas” aseveró la periodista y doctora en Ciencias Políticas y Estudios Internacionales, Francis Espinoza Figueroa, aludiendo a lo difícil que ha sido y será para el Presidente Boric -aun con el fracaso de la acusación constitucional- seguir manteniendo en el cargo al ministro Montes tras el escándalo del caso Convenios. La periodista asegura que “alargar este chicle y este gallito entre el oficialismo y la oposición ha sido innecesario”.
“Tengo la impresión de que la política también está muy asociada al tema del honor. Por ejemplo, en la cultura japonesa, cuando uno ya pierde el honor, pierde todo y se hace el harakiri. O sea, yo creo que siempre hay alguien, una pieza del ajedrez, que hay que sacrificar”, profundizó la académica de la Universidad Católica del Norte, UCN.
Según la perspectiva de Espinoza, esta extensión del conflicto solo debilita al gobierno “lo que visualiza la derecha, es que hasta el momento no se ha sacrificado las piezas que se tienen que sacrificar”, asegurando además que, en otros casos, de menor envergadura, si existió ese sacrificio.
Política de alcoba
Para la académica de la UCN, todo este caso no solo hipoteca las proyecciones políticas de Montes y de un gobierno de centro izquierda en el futuro cercano, sino que también es la muerte política de la diputada Catalina Pérez, expareja del imputado Daniel Andrade, “hay harta teoría de la política de alcoba y ella plantea que tenía el enemigo su propia en su propia alcoba, no dice su propia cama. Hay una cosa bien interesante entre la política y las relaciones personales y no necesariamente amorosa y en el caso de Catalina, creo que este caso implica su muerte política”.
La periodista agrega que “Implica su muerte política, porque además tampoco ella toma acciones, más que una cosa de maquillaje y estética, por ejemplo, uno la ve deteriorada, poco prolija en su estética y haciendo algunas acciones que no conllevan el hecho de estar involucrada en una en una situación que es difícil creer que ella no sabía, teniendo a su pareja en su propia mesa, en su propia alcoba, etcétera. Hay un aspecto bien importante de esta política de alcoba, los castigos son más hacia las mujeres que a los hombres”.
Finalmente, la académica UCN, reafirma la oscura proyección para Catalina Pérez “creo que el futuro de ella es complejo (…) es una gran parea de su propio partido o coalición de gobierno. Entonces, finalmente, como en el poder queda sola y en esta soledad, trata de acometer acciones, pero acciones que no espera la ciudadanía. La ciudadanía espera una especie de mea culpa”.
Preso político
Para la PhD en Ciencias Política y Estudios Internacionales, la autodeclaración de Daniel Andrade (Democracia Viva) desde la cárcel como “preso político” al igual que en su momento la exalcaldesa de Antofagasta, Karen Rojo, no se ciñen a la calificación de preso político “uno pudiese pensar que es un preso político en el sentido en que se vuelve una especie de obsesión política, y no solamente por ciertos partidarios de la oposición, sino más bien por aquellas piezas que se tuvieron que sacrificar en función a este caso tan polémico”.
Espinoza profundiza señalando que “preso político desde la perspectiva que el seguramente siente una persecución política, como ocurrió con la ex alcaldesa de Antofagasta que también se declara presa política, porque ve una persecución política por parte de ciertos actores del Estado, pero en estricto rigor y usando la teoría política, evidentemente no es un preso político” concluyó la académica.
La analista agrega que las acciones de Andrade traen muchas consecuencias, más allá del actual gobierno “finalmente va a costar no solamente al gobierno propiamente tal, sino que también seguramente a un próximo gobierno de centroizquierda”.