Siete estudiantes de la Universidad Adolfo Ibáñez están marcando pauta con sus creaciones en base a jeans, vestidos y poleras dadas de baja, en la búsqueda de aminorar el daño en contaminación que produce la industria textil

Cada día son más los emprendedores que se atreven a sacar al mercado sus productos y que con ideas novedosas, van en la búsqueda de una oportunidad para posicionar sus creaciones. Es el caso de siete estudiantes de la Universidad Adolfo Ibáñez, con quienes conversó Poder y Liderazgo sobre Ka Honua, un emprendimiento que mezcla una buena idea de negocios, con una conciencia ecologista que se ha traducido en la confección de diversos productos en base a ropa “de segunda mano, o aquella que la gente deshecha como desperdicio”, destaca Javiera Paz González, una de estos siete jóvenes que llevaron una tarea universitaria del taller de emprendimiento en negocios, a un nivel más alto, y hoy están haciéndose conocidos con sus creaciones y el ingenio que colocan en cada uno de sus productos.

Se trata de reutilizar ropa y convertirla en bolsos, morrales o bolsas de supermercado, pero con diseño y confección que hacen estos estudiantes de ingeniería comercial.

“Queremos ser un aporte, no solo producir nuestros bolsos, sino que estamos tomando productos que quizá tuvieron un alto precio y que hoy solo pasarían a ser parte de las miles de toneladas de deshechos textiles que contaminan nuestro planeta, y nosotros lo que hacemos en realidad es  darles nueva vida y utilidad. Esperamos así contribuir a reducir el daño que recibe nuestro planeta por parte de la industria textil”, explica Javiera Paz González.

¿Cómo nace este emprendimiento?

“En el taller y gracias al apoyo del profesor Sebastián Uriarte, hemos logrado una cohesión muy buena entre quienes somos parte de este emprendimiento, donde participan Tomás  Yarur, Rocío Cano, Diego Contreras, Raúl Muñoz, Masaki Onno, Pablo Jiles y yo”.

¿Qué los motiva?

“La motivación del emprendimiento nace del enorme impacto que está teniendo la moda del Fast Fashion, que consiste en renovar tu closet a grandes cantidades y barato, porque lo de la temporada pasada se vuelve aparentemente desechable una vez  que pasa”.

“Todos los años, los alumnos de primer año realizan un emprendimiento basado en sus motivaciones. Y el nuestro es éste, porque los siete estábamos motivados por la misma causa”.

“Como alumnos de ingeniería comercial, queremos darle una estructura cíclica, y esto es un plus”.

¿Qué esperan lograr?

“No solamente nos motiva el aprendizaje y lo que estamos aprendiendo del proyecto, sino que en el fondo conocemos cómo se realiza un emprendimiento y aprendemos en la práctica, y eso es genial. Creo que la universidad nos dio una tremenda oportunidad de emprender con conciencia ecológica, y ya lo estamos haciendo y llevando nuestros productos a distintas ferias de la Región Metropolitana, como bazares artesanales en los Cobres de Vitacura, en La Reina y en Ñuñoa. También en el Barrio Italia y en nuestra propia casa de estudios en el marco de una feria en diciembre pasado”.

Una buena idea de siete jóvenes muy motivados que entendieron que Ka Honua les da la oportunidad de crear, ayudar al medio ambiente, y a la vez ganar dinero.