Por: María Fernanda Alcayaga T. Seremi de Desarrollo Social, región de Antofagasta
Cuando las temperaturas bajo cero ya causan estragos en Calama, y en menor medida en el resto de la región, ya tenemos una carta de navegación clara y definida para ir en ayuda de los más desposeídos, muchos de ellos en la más absoluta pobreza y soledad.
Como Seremi de Desarrollo Social, el lunes concretamos la inauguración del albergue en la capital loína, el primero y único de este año en la región. Ahí, hombres y mujeres en situación de calle tienen un lugar digno y acogedor para dormir, ducharse con agua caliente, descansar tranquilamente, ver televisión y tener una cena en comunidad.
Un esfuerzo que visibiliza a estas personas y le devuelve la fortaleza para afrontar las inclemencias debido a la dureza de las bajas temperaturas. Así, este centro no sólo les restablece su dignidad, sino también reciben atención, buen trato y cariño, algo que no encuentran en las calles.
Para ello, nuestro ministerio destinó 24 millones 300 mil pesos para habilitar este albergue durante 100 días y visó otros 320 millones para los distintos programas de calle en la región. La idea es convertir la palabra solidaridad en un verbo activo, y para ello la alianza público y privada resulta fundamental para alcanzar metas comunes.
Es así que desde fines de abril impulsamos la campaña de invierno “Noche Digna”, invitando y convocando a diferentes empresas e instituciones a entregar cobertores, frazadas, kits de aseo (jabón, champú y cepillo de dientes), sábanas, almohadas y alimentos. El resultado es un éxito rotundo y esto nos alienta aún más para seguir en esta senda y alcanzar nuevos objetivos.
Altonorte, el CDA, Proloa, Aguas Antofagasta, los colegios San Luis y The Giant School ya entregaron sus aportes, además el Club de Leones Chuquicamata y el Rotary Club Caliche de la capital regional comprometieron su apoyo para los próximos días. La idea es hacer una gran cruzada donde todos luzcamos con orgullo la camiseta de la solidaridad.
Y esperamos que sean muchos más quienes asuman un protagonismo social, a fin de estar preparados para cuando llegue la estación más fría del año, y podamos proteger a la gente que sufre en las calles, con historias de vida dolorosas y de soledad. Es importante recalcar que los beneficiarios de este programa también tienen derechos y obligaciones.
Antofagasta, Calama y Tocopilla serán los centros neurálgicos de la campaña, pero la intención también es llegar a los rincones más alejados de la región. Nadie sobra y ése es el gran valor que tiene esta instancia que va en beneficio directo de uno de los sectores más desprotegidos de la ciudadanía.
Por eso trabajamos con especial ahínco para devolver la dignidad a estas personas que sufren en silencio. Ese es nuestro norte, más amable y solidario.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.