Por: Bernardita Espinoza V. Ingeniero Civil Industrial – Universidad de Chile
En estos días alborotados del 2018, en que se han dado manifestaciones de feministas, que nos impresionan, por la falta de respeto a lo establecido; en que en las redes sociales vemos bromas e insultos a las autoridades establecidas, viralizadas como nunca antes vimos; en que un joven conductor de Uber, simple y llanamente desconoce la autoridad de Carabineros, y dicho en buen chileno “no los pesca”, con las consecuencias por todos conocidas. Surge de la discusión un lamento al unísono “Qué pasa con esta juventud, que no respeta la Autoridad, que no respeta a los mayores, que transgrede y vulnera la tranquilidad y la estabilidad, etc.”
Ante dicho lamento, me queda decirles que “esta juventud” no es distinta de “otras juventudes” de la historia de la Humanidad.
Desde los primeros siglos de la Humanidad, desde que los sabios se han podido expresar y dejar sus pensamientos para futuras generaciones, la visión de muchos de éstos respecto de la Juventud ha sido lapidaria, severa y con escasa capacidad de comprender el fenómeno que implica ser joven.
Ser joven implica romper el molde de lo establecido, cuestionándolo, seducirse por lo nuevo y diferente, buscar la novedad y el cambio.
Veamos un poco opiniones de otros pensadores, de otras épocas, respecto de detractores de dicha osadía:
“Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros”. Sócrates
“Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros”. Sócrates
“Los jóvenes de hoy no parecen tener respeto alguno por el pasado ni esperanza alguna para el porvenir”. Hipócrates.
Vale decir, entonces, que la visión apocalíptica de estos tiempos, respecto de la juventud y sus manías, ya la han tenido en todas las épocas, inclusive en las épocas más remotas.
No obstante, aquí seguimos, aquí estamos y de “apocalipsis y perdición”, nada, seguimos como siempre, amando, odiando, siendo, creando, destruyendo, reconstruyendo.
Y ha sido la juventud, en su permanente papel político-social, la que ha impulsado los cambios en la humanidad, perfeccionando lo establecido, a causa de su notable inconformismo que cuestiona todo, de su hambre y sed de justicia, de su patente insensatez, de su idealismo inocente. Cambios, de los cuales, muchos han sido beneficiosos para todos.
En cambio, nosotros los adultos… nos acostumbramos, nos “achanchamos” y dejamos de tener el ansia de cambiar todo, la inercia nos domina, endurece y estanca. El miedo a perder lo que somos y hemos logrado, la sensatez que implica nuestras responsabilidades, nuestro deber con nuestros hijos, nuestra necesidad de respeto, nos anquilosa, nos refrena… ya no hay ímpetu, ni sueños, ni esperanzas, perdemos el altruismo y la capacidad de sacrificio idealista, solo queremos seguir igual y no empeorar.
Salir a manifestarse desnuda o con el cuerpo pintado, me parece impensable, y no me avergüenza no ser capaz, pese a que tengo muchos anhelos de equidad de género. ¿Y por qué no me avergüenza?. Para esto voy a usar a Rafael Gumucio, quien dijo, respecto de las manifestaciones feministas de este año: “Son movimientos de mujeres solteras, sin hijos ni demasiados problemas económicos”. Pero obvio, es que, como no le pareció a él, un intelectual, tan obvio como me resulta a mí.
La juventud es irreverente y libre, gracias, justamente, a lo señalado por Gumucio, porque que no está sometida a las ataduras de nuestra sensatez, de nuestras responsabilidades. Y qué bueno que así sea!.
¡Que se manifiesten, que transgredan lo establecido, que nos hagan refunfuñar, que nos escandalicen!
Porque entonces, la cuestión no es si podremos a aplacar el ímpetu desmedido de nuestra juventud, la cuestión es si debemos hacerlo, y desde ya lo digo: NO, no debemos, sería funesto.
Y de todo lo anterior, me queda decir, mi propia cita, dicha desde mi simplicidad de ciudadana de a pie:
“DEJEMOS A LOS JÓVENES EXPLORAR Y SEGUIR EN ESA BÚSQUEDA INTERMINABLE, QUE LLEVA SIGLOS, DE UN NUEVO MUNDO, UNA NUEVA VIDA, UNA NUEVA SOCIEDAD”.
Y, para terminar, les dejo unas citas, de verdaderos sabios, mucho más versados y competentes que yo, citas no apocalípticas como las otras, respecto de la Juventud:
“No corresponde a los jóvenes entendernos, sino a nosotros comprenderlos a ellos. Al fin y al cabo, no podrían ponerse en nuestro lugar y, en cambio, nosotros ya hemos ocupado el de ellos”. André Marcel
“De mis disparates de juventud lo que más pena me da, no es el haberlos cometido, sino el no poder volver a cometerlos.” Pierre Benoit
“Si existiera algo que quisiéramos cambiar en los chicos, en primer lugar deberíamos examinarlo y observar, si no es algo que podría ser mejor, cambiar en nosotros mismos.” Carl Jung
“El joven no es un huésped, ni un extraño, ni un descabellado… Es una nueva promesa, un nuevo amanecer… Un nuevo hallazgo”. Zenaida Bacardí de Argamasilla
“La juventud es la edad de los sacrificios desinteresados, de la ausencia de egoísmo, de los excesos superfluos”. Vicente Blasco Ibáñez
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.