Por: Bernardita Espinoza V. Ingeniero Civil Industrial, Universidad de Chile. Docente Universidad de Santiago de Chile (Diplomado en Dirección de Proyectos)
Con motivo de la Celebración este 10 de agosto del Día del Minero, he decidido hablar de una industria que me entregó 15 años de crecimiento profesional y una experiencia de vida que me marcó indeleblemente.
No se puede hablar de la Historia de Chile, de su Economía y su Desarrollo, sin hablar de la Minería Chilena. Esta actividad económica ha sido el eje fundamental del desarrollo del país, toda vez que su aporte al Producto Interno Bruto (PIB), a los ingresos fiscales, exportaciones, empleo y el efecto en las inversiones nos han sido fundamentales.
Asimismo, la Minería Chilena ha contribuido con innovación tecnológica, estratégica, de gestión del talento, de incorporación de buenas prácticas en seguridad y cuidado del Medio Ambiente, de incorporación de nuevos proveedores, permitiendo con esto último por un lado mayor competitividad de nuestro mercado e incentivo a nuestros proveedores de bienes y servicios y por otro lado dando a toda la industria acceso a proveedores y por ende tecnologías de clase mundial.
Todos estos aportes, de la Minería Chilena, han traspasado a otras industrias, y por ende contribuido al desarrollo del País y a la mejora de la calidad de vida de todos los chilenos, no solo directamente, sino que también indirectamente con su influencia e impacto en la industria, el comercio y la educación.
No quedándose tan sólo con este aporte, la Minería Chilena nos ha dado un ejemplo encomiable respecto de cómo revertir, en tan sólo 2 décadas, una historia de inequidad de género histórica, que redundaba en que la Minería rea un sector en que la mujer estaba completamente excluida, para llegar a hoy a ser una industria que sobrepasa a muchos sectores de la economía nacional, en cuanto a lograr Equidad de Género en todas las funciones del devenir minero.
En el mismo ámbito, relativos a la equidad, la Minería Chilena nos entrega, cotidianamente, un ejemplo de Meritocracia, que en las otros sectores de la Economía Nacional está muy lejos de conseguirse, toda vez que la Minería, es una industria donde los estudios, calificaciones, desempeño y compromiso de un Técnico(a) o Profesional son los elementos fundamentales para definir su contratación, su ascenso y desarrollo dentro de las organizaciones, sin importar su cuna, el colegio-escuela o liceo en que cursó sus estudios básicos y medios, menos aún, su apellido, su lugar de origen o el barrio en que creció.
No obstante todos los aportes mencionados precedentemente, la Minería Chilena se encuentra desarrollada, esencialmente, en Regiones extremas de nuestra geografía, de modo que el Centralismo, y el descuido, la falta de gratitud que éste conlleva, ha golpeado a su gente y la sigue golpeando, pues a pesar de todos los recursos y aportes entregados al País, no se ven en los pueblos mineros aledaños a las Minas más importantes de Chile ni una sombra del desarrollo que le han proporcionado al País, viéndose en cambio, deficiencias inauditas en infraestructura pública y privada, así como en calidad y cantidad de Instituciones Educacionales y de Salud.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.