Investigadora y académica destaca la oportunidad histórica que trae el auge del Litio para la región de Antofagasta, no obstante, manifiesta su alarma por la pérdida del recurso hídrico durante el proceso de extracción del mineral desde las salmueras
Comienza la entrevista planteando que si bien es positivo que se inicie un proceso de industrialización de esta materia prima, considerando el auge que tendrá la industria de los vehículos eléctricos e híbridos en los próximos años, también es necesario investigar más sobre el impacto que tendrá el proceso de extracción de las salmueras, específicamente en cuanto a los recursos hídricos de los salares, y junto con eso, involucrar más a la comunidad regional en esta nueva alternativa de desarrollo.
La académica e investigadora del Departamento de Química y Procesos Mineros de la Universidad de Antofagasta y asociada al Centro Regional de Estudios y Educación Ambiental (CREA), Ingrid Garcés, es clara al señalar que hoy, es la hora precisa para que Chile diversifique la producción de este mineral estratégico.
“Hasta ahora sólo se produce hidróxido y carbonato de Litio, siendo evidente la urgencia de darle valor agregado, impulsando el desarrollo de una industria nacional en base a este recurso. Si bien los acuerdos con Albemarle y el proceso de CORFO para atraer otras empresas son positivos y van en la línea correcta, falta aún más difusión e investigación”, sostiene.
Medioambiente
En plano medioambiental, pone el acento en la extracción del litio. La académica UA explica que el proceso del Litio no es igual al de los otros minerales, como por ejemplo el Cobre. “Se obtiene una salmuera desde una profundidad de 30 metros, la cual es agua con sal básicamente, si bien es más limpio el proceso, igual causa impactos negativos principalmente en cuanto a los recursos hídricos asociados”.
En ese sentido, pone la alerta en que durante el proceso de extracción del Litio, por cada tonelada de mineral, se eliminan -vía evaporación- cerca de dos millones de litros de agua. “Si lo miramos en este contexto, claramente la minería del Litio es una asociada al agua. En otras palabras, debiésemos pensar que su tratamiento es otro y no como recurso minero de yacimiento”, señala la doctora Garcés.
Ante esto, también plantea la necesidad de generar más investigación científica sobre el proceso hidrogeológico de los salares donde se ubica el Litio.
Siendo más estricta en su juicio, la investigadora sostiene que “no se debería permitir la extracción de más salmueras sin tener claro qué pasa con el agua del Salar de Atacama, pues ya es evidente que está siendo mal intervenido, especialmente en la zona Este, donde hay áreas que simplemente se secaron”.
Comunicación
Respecto a la poca información recibida por la comunidad sobre este tema, la doctora Garcés opina que las iniciativas en ese sentido son aisladas y no parte de una estructura mayor, como una política comunicacional sobre el Litio -la cual estima- debería ser encabezada por el Ministerio de Minería y CORFO, entre otros actores.
“La comunidad regional debe saber qué está pasando, qué va a suceder, qué está haciendo el Gobierno y las empresas relacionadas al Litio. Hablamos del conjunto de los habitantes de la región, no sólo de quienes viven más próximos a lugares de extracción”, sostuvo.
Oportunidad
Respecto al horizonte que abre para los científicos de la Universidad de Antofagasta el auge del Litio, la académica de la UA es clara en señalar que “estamos frente a una oportunidad histórica, pues tenemos ya algunos avances importantes por medio de un acuerdo con el Comité de Minería no Metálica de CORFO, el cual esta pronto a ser oficializado”.
En ese contexto, destaca la implementación por parte del CREA-UA de una base de datos regional y nacional con información ambiental sobre todos los salares que a futuro puedan ser intervenidos. “Además, existen grupos de trabajo en nuestra universidad con avances importantes en el área de las baterías y aplicaciones biotecnológicas”, concluyó.