Próxima a cumplir 101 años de presencia en la zona norte de Chile, la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antofagasta se posiciona como un agente clave para el avance del país. Y no sólo desde su misión formativa de profesionales y postgraduados, sino que también, articulando y potenciando la innovación, el desarrollo atingente a la realidad y en asociación a los recursos naturales.

En la víspera de un nuevo aniversario, el decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antofagasta, Marcos Crutchik, conversó en exclusiva con Poder y Liderazgo sobre i+d, resaltando de entrada los resultados del último ranking Scimago (que mide la investigación, innovación y su impacto). “Que la universidad figure en el noveno lugar nacional,  en parte es gracias al esfuerzo de nuestros investigadores, pues sus proyectos y áreas de estudios, se están posicionando como referentes”, manifiesta orgulloso Crutchik.

¿Cuáles son las áreas prioritarias en el ámbito de la i+d?

“Al igual que el país en general, decidimos centrar los esfuerzos en aquellas áreas donde somos fuertes y tenemos posibilidades de competir. Así, por un tema lógico, potenciamos el sector minero, y sus áreas asociadas como la robótica, inteligencia artificial, nuevos materiales y tecnologías limpias de explotación. Otra área es la energía solar, pues tenemos las mejores condiciones para su desarrollo, y Chile, tiene las mejores posibilidades de convertirse en líder mundial en ese sector.  Un tercer sector son los recursos hídricos, su optimización, gestión y reutilización como factor clave para los procesos productivos”.

En áreas como el manejo de información y el desarrollo productivo ¿cuáles son los aportes?

“Primero, tenemos el área geomática muy desarrollada, lo cual es vital para el manejo de grandes cantidades de información territorial, la cual tiene diferentes usos, tanto en la industria como en el sector público. Por último, abordamos el desarrollo y competitividad de las pymes, pues son ellas las que innovan y generan más empleos”.

¿Y cuáles son las estrategias para poner en marcha las ideas de i+d?

“Generamos centros de investigación para desarrollar cada área, y junto a esos centros, diferentes postgrados para contar con investigadores en formación que acompañen a los científicos. También, como estrategia, decidimos formar como investigadores a personas muy jóvenes, a quienes enviamos a estudiar al extranjero para que a su regreso, trabajen con nosotros y no emigren hacia otras zonas”.

Impacto

Uno de los factores que más incide hoy para la adjudicación de proyectos en i+d es el impacto de la investigación. En ese sentido, el decano Crutchik destacó como ejemplo el consorcio AtaMoS TeC, en el cual la Facultad de Ingeniería participa mediante el Centro de Desarrollo Energético de Antofagasta y que recibió para su ejecución más de 13 mil millones de pesos en un periodo de seis años.

“Aprovechando las ventajas únicas de la PSDA como centro de pilotaje de tecnologías solares, nos comprometimos, junto  a otras instituciones nacionales y extranjeras, a bajar el costo de la energía en Chile y en eso estamos trabajando. El objetivo es que baje a 25 dólares MW por hora, lo cual, sería un enorme beneficio para todos; empresarios, industriales y por supuesto, la comunidad en general”, explica del Decano.

Sin embargo los rankings y otras mediciones miden el impacto respecto al número de publicaciones científica….

“Si claro. Pero nosotros apostamos por la investigación aplicada y nos gusta presentar nuestros aportes en ese sentido, es decir, cuánto bajará el precio de la energía, cuántas nuevas pymes se formarán en el Centro Nacional de Pilotaje Minero, cuántos recursos hídricos se reutilizarán debido a tal o cual innovación”.

“Es un trabajo más a largo plazo, pero lo asumimos como un desafío en la facultad”.

Finalmente, acaban de recibir a una nueva generación de alumnos, la generación del 101 podríamos llamarla, ¿qué ideas les transmiten respecto al futuro?

“Tratamos de hacerles ver el mundo que enfrentarán cuando terminen su formación en la facultad, el cual, será muy distinto al actual. De ese proceso de cambio constante, los ingenieros somos en parte responsables. En segundo término, hoy formamos a nuestros estudiantes bajo otro paradigma, donde son esenciales la toma de decisiones, el trabajo en equipo, la innovación constante; lo cual hacemos por medio de iniciativas como Energía 2030”.