Por: Mario Fernández O. Presidente Junta de Vigilancia Estero Codegua, región de O´Higgins
El agua es un tremendo problema hoy en día. Si no buscamos soluciones importantes y de fondo, nuestros hijos, nietos y bisnietos van a tener problemas mucho más serios de los que estamos enfrentando hoy día. Son las generaciones venideras las que podrían agradecernos lo que hagamos hoy frente a este tema.
Llevamos muchos años y gobiernos de distintos colores discutiendo demagógicamente la prioridad del agua como derecho humano para las personas, siendo que ello ya está establecido y garantizado en el actual Código de Aguas. Es verdad que debemos actualizar las reglas que hoy tenemos, pero no es lo prioritario.
El problema debemos atacarlo en sus raíces, y esto no es otra cosa que la excesiva centralización de nuestro país, que lleva la mayoría de las grandes inversiones a Santiago, dejando el resto de Chile con miserables recursos, acarreando agua en camiones aljibes para las poblaciones.
A modo de ejemplo, quiero mencionar nuestro Embalse Codegua, proyecto que permitirá acumular 17,5 millones de m2 de agua, para entregarlo en la época estival beneficiando a más de 1.400 agricultores, 91% de ellos pequeños productores. Este embalse irrigará más de 3.000 hectáreas en una zona donde hoy apenas llegamos a las 1.000.
Implementar el Embalse Codegua tiene un costo de US$50 millones, monto que pareciera muy elevado, pero si lo comparamos con algunas de las tantas inversiones que se hacen en nuestra capital, este monto parece insignificante. A saber: una simple remodelación de la rotonda Pérez-Zujovic, ubicada en el punto de unión de las comunas más pudientes de Santiago, costará US$500 millones. La última etapa de Américo Vespucio (nuevamente, en las comunas más adineradas de Chile) tendrá un costo de US$805 millones.
Podríamos seguir incluso hablando del Metro y sus inversiones, donde cada kilómetro construido tiene un costo de US$100 millones. ¿Se dan cuenta? Nuestro modesto Embalse, que traerá tranquilidad de riego, alimentación saludable y sustentabilidad agrícola (además de ayudar a cuidar nuestro recurso más importante) cuesta medio kilómetro del metro de Santiago.
Hecho este ejercicio, claramente la pelea hay que darla por la descentralización de Chile, dándole la importancia que se merecen las regiones, planificando mejor las prioridades de todo el territorio y frenando el crecimiento indiscriminado de nuestra capital.
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