Por: Madelaine Valderrama. Co funder de Altum Lab
Es indudable que, en los últimos cinco años, se ha visto un avance considerable en áreas como la tecnología y el ecosistema emprendedor, respecto de la igualdad de género. Poco a poco, distintos espacios se están abriendo y, de hecho, ya no es tan común que las mujeres emprendedoras recurramos a ciertas prácticas que antes se realizaban, como buscar un hombre que nos representara, como estrategia para entrar en algunas industrias.
Hoy en día, el paradigma está cambiando gracias a iniciativas público-privadas que permiten liderazgos femeninos que suman una mirada diferente y combinan armónicamente el fondo y la forma del quehacer diario. Esto sumado a opciones de financiamiento que favorecen a estos liderazgos.
La corporación pública CORFO, por ejemplo, constantemente se encuentra levantando iniciativas para incentivar a las mujeres emprendedoras, con fondos o aportes que cuentan como requisito ser mujer, a fines de que lleguen exclusivamente a ellas. La institución del ministerio de Relaciones Exteriores, ProChile, también ha incentivado el liderazgo femenino, realizando distintos tipos de instancias para las mujeres líderes, permitiéndoles acceder a mercado fuera del país.
Incluso empresas privadas, como Amazon, han optado por aportar en esta materia, desarrollando iniciativas pro liderazgo femenino, como lo fue el pasado AWS Elevate 2022 edición Latam para fundadoras mujeres, que se enfocó en perfeccionar los pitch y mensajes claves con los que se presenta a la startup.
Y así, hoy en día, existen muchas organizaciones que se están preocupando por emparejar la cancha, incluso hay inversionistas que se ocupan de estos asuntos, mediante las condiciones que imponen para sus aportes, como por ejemplo, que la startup sea liderada por una mujer. Lo que nos confirma que se han reconocido estas diferencias y de a poco se han abierto oportunidades para incorporar nuevos talentos femeninos en el ecosistema de la tecnología y el emprendimiento.
Sin embargo, según el reporte de GEM 2021-2022 para Latinoamérica, (Global Entrepreneurship Monitor), particularmente en el sector de TIC o industrial, como agrícola o minero, es 75% menos probable que una mujer inicie un emprendimiento o una startup, específicamente, es solo un 2,7% de mujeres que están iniciando un negocio en el área de las TIC, el sector que más mueve dinero de los venture capital alrededor del mundo.
Además, aunque un 55% de las matrículas de pregrado son ocupadas por mujeres, apenas el 24% de los ingresos son a carreras del área de la tecnología, lo cual demuestra que aún hay mucho espacio para crecer en este sentido.
No obstante, el estudio también muestra que las tasas más altas de intenciones emprendedoras y actividades de inicio para establecer empresas en mujeres, se encuentran en Latinoamérica, pero también está en la región la tasa más alta de salida de negocios, lo que sugiere también una gran volatilidad e incertidumbre.
En definitiva, aunque se ha avanzado en muchas materias, aún falta por trabajar en la igualdad de oportunidades, simetrías de información e incentivos para la equidad laboral.
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