Por: Ethan Clark. Vicepresidente regional para América Latina y el Caribe de Backbase
En el actual entorno social y económico, es difícil negar los efectos adversos que COVID-19 ha tenido en las empresas de todos los tamaños. La sociedad se ha transformado por completo y todos nos hemos dado a la tarea de adaptarnos a una nueva normalidad. Sin embargo, una fuerte caída de la demanda de bienes y servicios, aunada al endurecimiento de las condiciones crediticias, han afectado a las Pymes.
Según lo informado por la OCDE, y con acceso limitado al financiamiento, en tiempos de recesión las Pymes han tomado la ardua decisión de recortar costos para restablecer la rentabilidad, buscar fuentes adicionales de liquidez y posponer planes de inversión y expansión para sobrevivir. Sin embargo, de acuerdo a Salesforce, las Pymes representan más del 90% de la población empresarial y son un importante generador de empleos. Por lo tanto, es preciso que estas empresas superen todas las recesiones, ya que son indispensables para todas las economías.
Es aquí donde intervienen la tecnología y la digitalización. Establecen nuevos modelos de negocio que aumentan la rentabilidad del segmento Pyme y preparan mejor a estas empresas con las herramientas necesarias para encontrar el equilibrio adecuado entre brindar una experiencia de calidad al cliente, administrar las regulaciones y generar utilidades.
Desde asesoramiento bancario personalizado hasta soluciones de pago en línea, las Pymes y las empresas financieras que las respaldan pueden aprovechar el poder de la tecnología para innovar continuamente en un tiempo récord de comercialización. Algunas de las formas en que la incorporación de tecnología puede ayudar a las Pymes que enfrentan dificultades durante la recesión económica incluyen la digitalización, la hiperconectividad y una mayor recopilación de datos.
Teniendo en cuenta la pandemia, la digitalización no es simplemente una característica, sino una necesidad. Frente a un mundo sin contacto, las interacciones comerciales de las Pymes se vieron obligadas a realizarse en línea y lo digital se convirtió en la opción principal. Las tecnologías digitales brindan a las Pymes la oportunidad de optimizar sus operaciones comerciales, automatizar sus procesos y enfocarse en la generación de utilidades.
La inclusión digital es un elemento indispensable a la hora de considerar las iniciativas de negocios de las Pymes. El acceso omnipresente a los procesos comerciales ayuda a las Pymes a adaptarse al mercado digital y a fortalecer el acceso de los consumidores a la información. Como señala CISCO, la pandemia ha llevado a más del 70% de las pequeñas empresas a acelerar su digitalización. Aprovechar las herramientas digitales puede ayudar a amplificar la producción económica de una empresa y un país.
Por ejemplo, las compras en línea se han incrementado exponencialmente en América Latina. Países como Chile han registrado un aumento del 66% en las ventas en línea, Puerto Rico 59%, Colombia 53%, Perú, Argentina y México 52%. Este cambio en el comportamiento del consumidor llegó para quedarse, y es responsabilidad de todas las empresas empoderar a sus clientes mediante herramientas digitales mejoradas. Éstas permiten unificar la funcionalidad, desde varios sistemas de back-end, para garantizar una experiencia de cliente perfecta y personalizada a través de todos los puntos de contacto. Al hacerlo, las Pymes pueden mejorar la retención de clientes y estimular el aumento de sus ingresos.
La pandemia está impulsando un cambio hacia la financiación digital tanto para personas físicas como para las Pymes, donde la tecnología sirve como base para el desarrollo. La digitalización de todo el modelo de negocio habla del potencial de una Pyme para prosperar en tiempos sin precedentes.
Actualmente, los bancos y otras instituciones financieras avanzan a pasos agigantados hacia su propia transformación digital y las Pymes deben buscar la institución financiera cuya experiencia de cliente digital les permita optimizar su proceso de transformación. En un futuro cercano, las Pymes podrán gestionar totalmente su ciclo de vida financiero en el ámbito digital y gracias a ello, sus clientes estarán mejor atendidos.
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