Por: Nicolás Moreno D. Ing Civil Industrial MBA UC. Gerente General Hapital
Tras la devastadora pandemia que desató la denominada gripe española, volver a lo que llamaban la normalidad, era el deseo general que, incluso, llevó a convertirse en el slogan de campaña de un candidato presidencial en Estados Unidos, quien luego ganó las elecciones de 1920.
Actualmente, el Covid-19 es el mayor reto para el mundo desde la Segunda Guerra Mundial. Un cambio cultural es eminente en esta nueva realidad chilena, que aunada al estallido social han elevado el índice de cesantía: de acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el trimestre febrero-abril de 2020 la tasa de desocupación fue 9,0%, incrementándose 1,9 puntos porcentuales en doce meses. Sin embargo, en los momentos de crisis surgen las grandes ideas y es por ello que en la actualidad el emprendimiento digital ha tomado un papel protagónico en el comercio mundial, reflejando un alza directa en lo que conocemos como E-commerce.
Según un informe de la Cámara de Comercio de Santiago, a partir de datos de Transbank, las ventas online se incrementaron durante la segunda quincena de marzo, duplicándose en la última semana en relación a igual período de 2019 cerrando con un alza en ventas del 11% para el sector. Esto nos demuestra que los mercados son distintos y la transformación digital será clave en el rol de las compañías que desean subsistir, ya que los efectos secundarios post estallido social y pandemia generarán innumerables restricciones que deberán hacerse desde todo punto de vista, estableciendo que el camino más sustentable para las organizaciones será el comercio electrónico.
Replantear el modelo de negocio y establecer de forma integral las características de este nuevo mercado será imperante para las industrias. Para ello, es necesario determinar cómo el cliente cambió sus hábitos de compra, además de cómo influirá la competencia y qué competidores sustitutos darán el mismo resultado para el cliente final. Está claro que en los primeros meses, todos competirán por costos más que por valor de sus negocios. Pero, ¿hasta cuándo durará? ¿Será realmente rentable para las organizaciones trabajar en esa dirección?
La estrategia digital permitirá a cada líder entender que está pasando en el mercado desde una perspectiva mucho más amplia, desde comprender cómo está cambiando el mundo y cuáles son las diferentes oportunidades estratégicas disponibles en los mercados e industrias, oportunidades que tal vez hace nueve meses no serían posible tenerlas.
Los nuevos hábitos en nuestra sociedad van a estar marcados, sobre todo, por hacer más vida en casa. De hecho, entre los expertos se ha extendido el término home-drive marketing como el nuevo paradigma de la aproximación de las marcas al consumidor, dado que tienen muchísimas herramientas y medios para la interconectividad, y a medida que entendemos a los clientes como redes y no como masas, será la clave para el crecimiento empresarial.
Actualmente, es vital considerar al cliente como una red dinámica en donde están conectados unos con otros, donde nuestras comunicaciones son cada vez más de doble vía y los clientes mismos son, en muchos sentidos, los principales influencers de nuestras marcas.
No podemos adivinar cómo serán las empresas en cinco años, ya que no sabemos si el distanciamiento social durará hasta el verano, si se reactivará el estallido social o hasta que encontremos la vacuna definitiva. Sin embargo, hay algo que es seguro, y es que el futuro será mucho más digital.
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