Por: María Isabel Villagrán. Gerente Recursos Humanos, Black & Veatch, Chile
Actualmente las mujeres a nivel global están dejando su huella en variadas industrias, como, por ejemplo, en la minería y la ingeniería. Asimismo, observamos que valores como la diversidad, equidad e inclusión se han convertido en pilares fundamentales del crecimiento sostenible de las compañías y son factores clave en la política estratégica de recursos humanos de las organizaciones.
Es innegable que son este tipo de empresas las que le entregan valor agregado a sus clientes no solo mediante aspectos técnicos, sino que también a través de la composición heterogénea de su fuerza laboral.
En este sentido, consideramos que la creación y el mantenimiento de un entorno de trabajo diverso, equitativo e inclusivo empieza por ver y tratar a los demás como iguales.
Iguales en el compromiso de aceptar las diferencias. Iguales en la promoción de los demás para que prosperen. Iguales en hacer que todos sientan que pertenecen al grupo. Iguales en la determinación de marcar la diferencia.
Un lugar de trabajo inclusivo y diverso es el lugar donde se gesta y promueve la innovación. Por lo mismo, es esencial reconocer que cada profesional tiene algo que enseñar y que aportar, tanto para los clientes como para las empresas y la comunidad en general.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.