Por: Alejandra Winter. Directora del programa Internacional de Soft Landing de CIC Miami
Si analizamos el panorama actual que se vive en todo el mundo a nivel empresarial, observamos que se caracteriza por diversos desafíos económicos y también, una baja en las inversiones de riesgo, capital fundamental para el financiamiento de nuevos negocios. Para contrarrestar esta situación, la diversificación de mercados surge como una estrategia crucial para fortalecer la resiliencia empresarial y superar los obstáculos financieros.
Para diversificar es clave explorar nuevos destinos, especialmente aquellos de mayor tamaño y crecimiento. Y en este sentido, son varias las opciones con que cuentan las empresas y emprendimientos locales. Hace algunos días, el reporte “Global Startup Ecosystem Report 2023”, elaborado por el centro de investigación Startup Blink, confirmó que Estados Unidos se consolida como nación líder en startups y también como el país más favorable para los negocios alrededor del mundo.
Según el ranking, EEUU cuenta con 34 ciudades entre las mejores 100, y más de un tercio de ellas están en el Top 300 global. En cuanto al resto de los países de la región, también se mencionan Brasil (en el puesto 27), Chile (en la casilla 36) y México (37).
En la práctica, la diversificación de mercados implica expandir las operaciones comerciales hacia diferentes regiones geográficas, buscando oportunidades de crecimiento y ventas en ecosistemas más amplios y dinámicos. En el caso específico de Estados Unidos, miles de emprendedores de diversos orígenes consideran a este país como la mejor opción para escalar y convertirse en marcas internacionales, aprovechando las ventajas del inglés como idioma global.
Hay un punto importante a destacar sobre la diversificación y es que no apunta a descuidar el mercado local o dejarlo fuera de los planes estratégicos, ya que éste siempre seguirá siendo una base sólida y una fuente de apoyo para las empresas. Pero multiplicar los esfuerzos hacia afuera es una excelente manera de reducir la dependencia de un único sector y mitigar los riesgos asociados a situaciones económicas adversas o cambios repentinos de las condiciones.
Por ello, este proceso debe realizarse de manera decidida y equilibrada, manteniendo como dijimos el compromiso con la comunidad local y aprovechando las oportunidades de crecimiento, tanto a nivel nacional como internacional.
Para lograr un aterrizaje exitoso, las empresas deben realizar un análisis exhaustivo de cuál(es) destino(s) elegir y por qué, identificar las necesidades y preferencias de esos potenciales consumidores y adaptar sus productos o servicios en consecuencia. Además, es esencial contar con una sólida estrategia de marketing y ventas para ingresar de manera efectiva y establecer alianzas con partners o aceleradoras de startups. Sobre este último punto, actualmente existen diversas instituciones y programas de soft landing que actúan como puente y acompañan a los emprendedores al facilitar el proceso, desarrollar las habilidades y el conocimiento necesarios, y entregar herramientas a las startups que desean internacionalizar sus operaciones.
En momentos de falta de capital, la diversificación de mercados puede abrir puertas a nuevas fuentes de ingresos y financiamiento a empresas y emprendimientos que están recién comenzando con su proceso de internacionalización o llevan poco tiempo de funcionamiento y quieren probar la recepción de su propuesta con nuevos públicos. Penetrar en mercados más grandes y de mayor crecimiento es un camino efectivo hacia la resiliencia empresarial, y quienes se atreven pueden aumentar sus ventas y obtener un mayor flujo de efectivo, lo que a larga les brindará una mayor solidez financiera, experiencia y flexibilidad para enfrentar los desafíos de manera estratégica.
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