Por: Jorge Gillies A. Académico de la Facultad de Humanidades y Tecnología de Comunicación Social, UTEM
Así se llama el síndrome –definido por la sicología- de quien sufre una pérdida grave y parece no darse cuenta de ella, mostrando una especie de amnesia emocional que le impide reaccionar ante los hechos. Es lo que parece afectar a toda la élite y al estamento político del país después del plebiscito del pasado 25 de octubre.
Algunos han seguido con el orden del día habitual, como si nada hubiese sucedido. Otros han comenzado a levantar candidaturas para una Convención Constitucional cuya conformación y forma de elección aún no están definitivamente configuradas, dado el dinamismo de los acontecimientos. Véase, por ejemplo, la aprobación por parte de las cámaras de los cupos para pueblos originarios, inicialmente no contemplados.
Pero ni siquiera los analistas políticos parecen reponerse del impacto. Y es que efectivamente la conmoción es tal, que se requiere de una cierta distancia para una reflexión acertada. Pero se pueden aventurar algunas tendencias, más allá de lo inmediato y lo formal:
- El plebiscito ha demostrado la vigencia en Chile del eje socioeconómico más tradicional, que encarnó la política del siglo XX con la clásica división derecha – izquierda. Ello no quiere decir, ni mucho menos, que quienes votaron por el Apruebo se identifiquen necesariamente con la izquierda, pero la división por estamentos socioeconómicos es más que evidente. Nada lo demuestra mejor que el gráfico de las comunas que concentraron la posición del Rechazo. Al respecto, nadie se ha preguntado hasta ahora por qué Chile es el único país occidental donde un candidato del Partido Comunista encabeza las encuestas presidenciales.
- Otro eje fuertemente representado en el plebiscito es el medioambiental, lo que demuestra que el tema requiere de urgentes respuestas por parte de la política. La votación en torno a un 90 por ciento para el Apruebo en las llamadas “zonas de sacrificio” no podría ser más elocuente.
- En cuanto al eje valórico, este parece claramente definido a favor de posiciones liberales. Es más: los intentos de sectores evangélicos por llevar el plebiscito al campo de posiciones religiosas terminó siendo contraproducente para la opción del Rechazo.
- NO estuvieron presentes en la discusión pública, sin embargo, los desafíos que se desprenden de la influencia de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial sobre nuestra sociedad. Es un déficit, por cuanto se trata de un tema que está irrumpiendo con inusitada fuerza y rapidez.
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