Por: Tomás Ecclefield. Ceo de Digital Exp
Según datos entregados por el Ministerio de Energía, el 53,3% de la generación eléctrica corresponde a recursos renovables como la hidroeléctrica, solar fotovoltaica, biomasa y geotermia. El restante 46,7% proviene de centrales termoeléctricas que utilizan gas natural, carbón o derivados del petróleo.
Estos números demuestran un importante avance en la transición hacia una matriz energética más limpia y sostenible. Actualmente, nuestro país se encuentra dentro de los top 15 países a nivel mundial en el uso de energía renovable, lo que refleja el compromiso y el esfuerzo por impulsar un desarrollo energético sustentable.
Sin embargo, a pesar de los avances logrados, todavía existen desafíos que deben ser abordados para seguir potenciando la industria energética renovable en Chile. Uno de ellos es la necesidad de seguir innovando y acelerando la implementación de nuevas tecnologías que acompañen y apalanquen aún más el crecimiento de las renovables.
En ese sentido, es fundamental que las empresas del sector aprendan de los aciertos y fracasos de industrias que están más avanzadas en digitalización.
El éxito de una estrategia digital recae, en primer lugar, en entender para qué quiero incorporar tecnología (el objetivo de negocio) y en paralelo en la capacidad de robustecer y simplificar bases tecnológicas que ya poseen, como lo son la arquitectura tecnológica, las integraciones de sistemas y datos y la ciberseguridad. De esta forma, las empresas podrán realmente acelerar la descarbonización del sector e impulsar las condiciones para que la transición energética se haga de forma segura y competitiva para los consumidores.
Una buena estrategia digital debe ir acompañada con la asignación correcta de recursos digitales, que pueden ser interno o externos. Una buena planificación y ejecución de la estrategia digital permitirá una mayor integración y gestión de las fuentes de energía renovable, facilitando el monitoreo y control de la generación que en etapas más avanzadas permita avanzar hacia una automatización de la operación de centrales. Todo esto, con ahorros sobre un 20% en costos tecnológicos.
La forma de acelerar la digitalización ha cambiado, donde lo primero es conectar los objetivos de negocio con las bases tecnológicas. Robustecerlas, simplificarlas y eficientarlas alineándolas a los objetivos de negocio que, en una etapa posterior, permitan escalar y ser exitosos en la implementación de nuevas tecnologías y recursos como células digitales, IA, Blockchain, entre otros.
Es necesario abordar los desafíos de esta transformación y lograr robustecer la red eléctrica renovable, además de la ciberseguridad y la formación de los profesionales del sector. Solo así podremos aprovechar al máximo las ventajas de la digitalización en la industria energética renovable y avanzar hacia un futuro más sostenible.
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