Por: José Ignacio Avello O. Magíster en Cs. Políticas y Comunicaciones. Integrante de la Directiva Nacional del PPD
Una semana intensa, inclusive para los creadores de Star Wars. Las fuerzas del bien y del mal, el lado oscuro y los jedi, vuelven a formar parte de nuestra realidad, de una realidad que ni los grandes como Bauman, Brecht o Chomsky nos podrían describir como el imperio vuelve a contraatacar y generando nuevas divisiones. Vemos cómo los más idealistas de un sector comienzan a formar sus ejércitos con claras señales extremas y otros, al igual que ellos, sólo observan la pronta caída de una estrategia sin definición alguna.
Lo que de alguna manera se ve a lo lejos, es un claro crecimiento de nuevas fuerzas con aires de renovación (centro) con claras señales ideológicas, pero con amplitud y tolerancia en su actuar y que comienza a tomar forma. Algo así de raro y disperso se comenzó a plantear en el escenario político chileno, donde esta semana vimos la inscripción de una nueva fuerza política en el SERVEL; me refiero al partido republicano de José A. Kast, que con su marcado relato nacionalista y pensamientos claros de una extrema derecha, pone en jaque a las fuerzas políticas del sector donde ya se ve una Udi un poco dividida y dónde algunos de sus parlamentarios ya se sumaron a las filas del conglomerado republicano, sin dudar que de otros partidos del oficialismo también comenzaran las conversaciones con los líderes de esta nueva fuerza de extrema derecha.
Es así como se comienza a trazar un difícil camino para los conservadores y el orden en sus filas; donde el mundo más Liberal, Social Demócratas y renovados pueden comenzar a tomar más fuerza y ganar espacios.
De alguna manera, inician las dudas de cómo la derecha enfrentará las próximas municipales 2020 con esta nueva facción ultra conservadora, considerando que, desde hace ya un tiempo, algunos parlamentarios Udi y Rn no se sentían cómodos con el avance del propio poder ejecutivo hacia el centro político en diversas materias en común con la centro izquierda chilena.
Esto, sin duda alguna, hoy pone en cuestionamiento a las fuerzas más liberales de derecha; también porque claramente deberán ordenar y clarificar su discurso (coherencia). Hoy el liberalismo toma quizás más forma que nunca; donde la política de acuerdos y consensos puede generar un gran avance en nuestro país.
Hace unas semanas atrás vimos un PPD que se definió en uno de sus ejes claves como liberal y de izquierda democrática, y es un tremendo camino hacia los avances que necesita Chile. Recuperar ese espacio diverso y rico en conocimiento, ese lugar donde se construye una sociedad justa y sin discriminaciones, ese espacio donde se respetan a las personas y el valor de su sacrificio, donde el mundo progresista tiene un gran desafío: volver a lograr que la gente confíe nuevamente en los liderazgos de estos conglomerados que quieren hacer una política mucho más participativa y con real contacto social.
Es en este espacio donde los partidos y la política chilena debe concentrarse, reconquistar y dar forma en la construcción de un relato histórico, que sea capaz de converger a distintas fuerzas que hoy desean avanzar hacia un mejor entendimiento entre ellos por el bien ciudadano. Sin duda, quien logre ese objetivo podrá tener éxito en lo que viene.
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