Por: Camila Montedónico. Directora de Consultoría de HR Burô
Estamos viviendo un momento histórico en materia organizacional. El COVID-19 transformó el futuro laboral, acelerando las tendencias prepandémicas como el trabajo híbrido y remoto.
Al comienzo de la pandemia no podíamos ni siquiera imaginar cómo el COVID cambiaría nuestras vidas. No teníamos manuales ni referencias históricas comparables, así que las organizaciones y las personas tuvieron que improvisar.
Hoy, dos años más tarde, nos encontramos nuevamente ante un escenario inexplorado. Con un modelo híbrido que se instala, en muchos casos, como una condición decisiva al momento de postular a una oferta laboral. Las personas buscan flexibilidad y equilibrio, lo que significa poder repartir su tiempo entre el trabajo remoto y presencial.
Sin embargo, para las organizaciones este modelo implica mucho más que decidir el lugar desde el cual se trabaja. El nuevo modelo requiere de una transformación organizacional y de una nueva mirada a las metodologías de trabajo de quienes forman parte de la empresa.
El líder como sostenedor de sus equipos
Cada empresa es un mundo. Con diferentes culturas y distintos niveles de madurez organizacional. Por eso, para acompañar esta transformación es necesario identificar cuáles son las competencias más relevantes que cada una necesita fortalecer, entre las que se repiten, la capacidad de planificar y organizar el tiempo.
Sin embargo, existe una habilidad que los líderes tuvieron que desarrollar desde principios de la pandemia, ya que, durante los tiempos más duros de la cuarentena, recayó en ellos la función de escuchar y sostener a los equipos.
La mayoría no estaban preparados para ejercer estas habilidades relacionales, vinculadas históricamente al área de recursos humanos y que producto de la severa crisis, tuvieron que asumir los propios jefes de cada equipo.
De hecho, el término “habilidades blandas” fue durante mucho tiempo percibido como un conjunto de skills de poca complejidad. Ser empático o saber comunicar, parecía no requerir demasiado trabajo.
La pandemia demostró lo contrario, y hoy las organizaciones las identifican como competencias esenciales al momento de reclutar y de formar a los nuevos líderes.
En la medida que las empresas continúan su transformación hacia el trabajo híbrido y el modo Online gana cada vez más adeptos, las organizaciones enfrentan el desafío de formar líderes capaces de motivar y dar sentido de pertenencia, fortalecer las relaciones dentro de los equipos de trabajo y generar compromiso con esta nueva cultura, cualquiera sea su modalidad de trabajo.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.