Por: Margarita Ducci B. Directora Ejecutiva Pacto Global Chile, ONU
Lamentablemente, muy pocos países en el mundo alcanzarán a cumplir los objetivos que plantea la Agenda 2030. Ya se piensa que es muy posible que antes del 2030, se deban revisar las metas a nivel global y local, ajustarlas a la nueva realidad, alargar el plazo establecido y hacer frente al fracaso, con honestidad.
Sin duda, la pandemia del Covid19 produjo un impacto negativo dramático en el ritmo de avance que llevábamos, para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con un retroceso del orden del 4% a nivel mundial. En América Latina, ese retroceso llegó al 10%, exacerbando las desigualdades y develando los enormes nuevos desafíos en áreas como la salud, la educación y el crecimiento económico.
En el marco del Foro Político de Alto Nivel de Naciones Unidas, -donde he tenido el honor de participar como parte de la delegación del país, en el rol de directora ejecutiva de Pacto Global, Chile presentó su Tercer Informe Nacional Voluntario (INV), describiendo el progreso alcanzado en el cumplimiento de los ODS, dando cuenta sobre los avances y desafíos en relación con la Agenda 2030.
Destaca, en relación a otros países, la incorporación de un estudio que recaba datos e información relativa a la contribución del sector privado a este avance. Este fue llevado a cabo por Pacto Global, con el apoyo de catorce organizaciones y gremios del país, elaborado con el apoyo del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello.
En esta línea, el compromiso y los esfuerzos de los países deben ser permanentes y continuos, independientemente del gobierno de turno, junto con la participación de diversos actores y partes interesadas, impulsando la acción y fortalecimiento de políticas para lograr un desarrollo sostenible e inclusivo.
No lograr cumplir plenamente con la Agenda 2030, implica desafíos adicionales en términos de desarrollo sostenible, igualdad, justicia social y protección del medioambiente. La no consecución de los ODS sin duda resulta en un mayor deterioro de la calidad de vida de las personas, la persistencia de desigualdades y brechas sociales, así como impactos negativos en el ecosistema.
El informe de Chile refleja un trabajo desarrollado en el tiempo, de diálogo con las comunidades de los distintos territorios del país, para conocer sus necesidades y también incluye a jóvenes y niños, algo inédito respecto de la metodología utilizada por otros países.
Creo firmemente que haber visibilizado la contribución del sector privado, demuestra que un país requiere de un rol activo de la empresa, en inversión, generación de fuentes de trabajo, producción de bienes y servicios, y que la empresa hoy, toma un papel protagónico para producir avances no solo en lo económico, sino también en los aspectos sociales y medioambientales, cuando aplica estrategias que integran estos aspectos y prioriza un comportamiento consciente respecto de construir una sociedad más equilibrada, un mayor bienestar social y un genuino cuidado de nuestro planeta.
Chile se ha posicionado favorablemente en comparación con otros países de la región y ha sido reconocido a nivel global por sus avances en la implementación de los ODS. No obstante, es necesario continuar trabajando en los desafíos pendientes, que son muchos, y fortalecer los esfuerzos para lograr un desarrollo sostenible e inclusivo en el país.
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