Por: Giovanni Calderón B. Director Ejecutivo Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático
Los últimos días han marcado la “previa” de lo que será la COP 25 en nuestro país. La Cumbre por el Clima de Naciones Unidas en Nueva York, la sesión del IPCC en Mónaco, donde se finalizó el Informe Especial sobre Océanos y Criósfera, junto con las manifestaciones ciudadanas en todo el mundo lideradas por la joven activista sueca Greta Thunberg, dan cuenta de la urgente necesidad de dar respuesta a lo que clama el planeta: es hora de pasar a la acción para enfrentar la emergencia climática.
Los últimos informes de los expertos de la ONU indican que las actuales contribuciones anunciadas por los países distan mucho de los objetivos del Acuerdo de París. Al paso que vamos, según los expertos del IPCC, nos alejamos totalmente de la reducción necesaria del 45% de emisiones al 2030 para mantener el aumento de la temperatura por debajo del 1,5°C. Por el contrario, las emisiones de gases de efecto invernadero siguen creciendo a un ritmo de casi el 2% anual y, si no se actúa con celeridad, los termómetros podrían llegar a subir hasta 3°C.
Hoy, la falta de ambición climática de los países está en el centro del debate público y los plazos para estabilizar el sistema atmosférico y climático están por expirar. Como sentenció Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas, ¿estamos perdiendo la lucha contra el cambio climático?
Con miras a la cumbre COP 25, la ONU entregó a Chile las banderas de un liderazgo excepcional en la región. En ese sentido, el presidente Sebastián Piñera lanzó en Nueva York una Alianza para la Ambición Climática, que convoca a los países para que se comprometan a actualizar las Contribuciones Determinadas a nivel Nacional y adoptar planes para llegar a la carbono neutralidad al 2040. Ya se han sumado 66 países pero convencerlos a todos no es tarea fácil.
Esto es un anticipo de lo que se vivirá en la COP 25, en un mundo alineado entre los que le creen a la ciencia y los escépticos de la amenaza real que significa el cambio climático para el planeta. Dado sus intereses económicos y políticos, muchos gobiernos y líderes mundiales no muestran disposición a adherir a metas de reducción de emisiones más ambiciosas. Y ni qué decir de Estados Unidos o de China, países a los que emplazó el presidente Piñera por estar enfrascados en una guerra comercial, totalmente ajenos a temas tan cruciales para el futuro de la humanidad.
Sin duda, la COP 25 será un gran hito para validar una hoja de ruta que apunte a una acción climática más ambiciosa, de cara a la cumbre de Glasgow (Escocia) en diciembre del 2020, en que se aprobarán las nuevas contribuciones que puedan poner límite al calentamiento. Para Chile, será una oportunidad inmejorable que le permitirá posicionarse, no solo como anfitrión, sino como un actor destacado para impulsar los acuerdos que se requieren para cumplir con los compromisos adquiridos en el Acuerdo de Paris.
El futuro se discute hoy. Es hora de actuar y ponerle freno a la temperatura del planeta. De lo contrario, las futuras generaciones no nos perdonarán la herencia catastrófica de sucesos climáticos extremos que advierte el mundo científico.
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