Por: Ignacio Silva. Dr. Infectólogo de USACH
A lo largo de la historia numerosas infecciones con comportamiento epidémico o pandémico han afectado nuestra humanidad, con diferentes desenlaces en cuanto a transmisión de la enfermedad y mortalidad. El 2009 fuimos afectados por la Influenza AH1N1, donde tuvimos más de 12 mil casos confirmados y 150 fallecidos.
De esta pandemia aprendimos grandes lecciones, la más importante, el saber escuchar y acatar las recomendaciones de los organismos internacionales que sientan las bases de las distintas etapas de preparación para una epidemia/pandemia. Desde el momento en que la OMS declara esta enfermedad como una “Emergencia de Salud Pública de Interés Internacional” el 30 de enero de este año, los países afectados deben implementar medidas efectivas para la prevención y control de la enfermedad.
Esto, sumado a la Alerta Sanitaria decretada por el Ministerio de Salud de Chile, ha conducido a la instauración de una serie de medidas orientadas, inicialmente, a prepararnos para recibir los primeros casos con un sistema de alerta ante posibles contagiados provenientes de países con circulación del virus y testeo de casos sospechosos.
Actualmente nos encontramos en una etapa de contención de la infección, donde los esfuerzos se concentran en identificar oportunamente a los infectados y prevenir que estos transmitan el virus a la comunidad.
Si logramos generar conciencia respecto al adecuado y frecuente lavado de manos (con agua y jabón por al menos 20 segundos), la correcta higiene respiratoria (por ejemplo, cubrirse boca y nariz con el pliegue del codo al toser y estornudar; uso de pañuelos desechables; evitar tocarse la boca, nariz y ojos), evitar el contacto con personas enfermas y una pronta evaluación médica y testeo de casos con sospecha de enfermedad por el Coronavirus (pacientes con síntomas respiratorios que han estado en países de riesgo en los últimos 14 días o en contacto con casos confirmados).
Es posible que nos mantengamos en esta etapa de la epidemia y evitemos saturar nuestros centros de salud, priorizando la atención de los casos graves que efectivamente requieran asistencia médica.
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