Por: Carlos Bascou Bentjerodt. Director Instituto de la Construcción
El alto costo de los materiales, las elevadas tasas de interés, mayores requerimientos en sustentabilidad, junto con un gran déficit habitacional, están empujando al rubro de la construcción a buscar alternativas que permitan un mayor control sobre los costos del proyecto y su tiempo de desarrollo.
La construcción en seco es una oportunidad para lograr justamente menores plazos, control de costos más precisos y procesos industriales más eficientes. Este modelo constructivo no solo permite paliar el déficit habitacional que enfrenta nuestro país desde hace años, sino que también trae consigo beneficios como mayor seguridad, obras más limpias, con menos residuos y ahorros en el uso recursos tan valiosos como el agua y la energía.
Por ello, la industrialización puede revolucionar la industria hacia un modelo más productivo y consciente con la sociedad y el medio ambiente.
Lo anterior en un contexto donde el sector de la construcción debe transformarse y avanzar en esta senda de la productividad y la sustentabilidad.
En la industrialización, dos pilares que están directamente relacionados son la productividad y sustentabilidad, sobre todo en cuanto a la gestión de los residuos lo que en sí constituye un indicador de baja eficiencia en el uso de recursos, por lo que es importante avanzar en integración temprana de proyectos de modo que sean contemplados desde el diseño y sus mejoras.
La pandemia y posterior crisis económica que ha golpeado de manera particularmente dura al sector de la construcción, ha acelerado la necesidad de eficientar el uso de recursos en lo que se refiere a costos, materiales, mano de obra y un aspecto que asoma como fundamental de cara al cambio climático que es la sustentabilidad. Tras lo anterior, y a lo que trae implícita la palabra crisis, estamos trente a una gran oportunidad donde el único camino factible en el largo plazo para el sector construcción son la productividad, la innovación y la construcción sustentable, conceptos que la industrialización integra de manera intrínseca.
Las principales dificultades giran en torno a la necesidad de un cambio cultural de la industria y que lleva a trabajar para lograr una mano de obra más preparada y certificada, tanto en lo profesional como en lo técnico, y que a su vez represente una mejor oportunidad laboral para quienes participan en el sector.
Desde el punto de vista económico si bien aún falta contar con mayor confianza de los inversionistas y experiencia de las constructoras para manejar este tipo de sistemas constructivos, comenzaremos a verlos utilizados cada día con mayor frecuencia, confianza y mejora en resultados.
El objetivo es encontrar las mejores soluciones constructivas disponibles, que permitan un desempeño altamente eficiente de los proyectos, y para ello la integración temprana de la cadena de suministros es fundamental, lo que implica metodologías de trabajo distintas, buscando el diseño integrado y un trabajo colaborativo que integre toda la cadena de valor.
Otro aspecto que requiere avances es la normativa que permita una clara y eficiente utilización donde prácticas y resultados de investigaciones de países desarrollados que tengan condiciones similares de amenaza sísmica a las que tiene Chile.
Dentro de la construcción en seco, la construcción modular permite, desde el punto de vista social, construir viviendas asequibles y de buena calidad, se cuenta con capacidad productiva instalada y operando la que es capaz de producir soluciones modulares de alta calidad, a una velocidad superior, lo que puede traer interesantes economías de escala al pensar en desarrollos de grandes cantidades de vivienda.
En los últimos años en Chile, la oferta de soluciones con prefabricados de hormigón, estructura en madera y estructura metálica, entre otras soluciones mixtas, ha aumentado y se ha notado un incremento en la demanda de estos elementos para la construcción de infraestructura, edificios comerciales, residenciales, minería y vivienda; sin embargo el desafío de alcanzar estándares mundiales, requerirá́ avanzar mediante un trabajo colaborativo a nivel público y privado y acciones que permitan su masificación.
Con tecnología e innovación, la construcción logrará mejorar sus plazos y hacer más sustentables sus procesos, disminuyendo los residuos y las emisiones de CO2 mientras aumenta la productividad.
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