Por: Gabriela Garnham. Gerente general de la Asociación de Dispositivos Médicos de Chile (ADIMECH)
El pasado 6 de septiembre se conmemoró un nuevo Día Internacional de la Atención Primaria en Salud, en un momento especialmente desafiante para nuestro país, con un gobierno focalizado en que la Atención Primaria en Salud (APS) se convierta en la principal estrategia de cuidado de salud para toda la población.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió la APS como un enfoque de salud que garantiza a las personas una atención integral de calidad – desde la promoción y la prevención hasta el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos – lo más cerca posible de sus lugares habituales.
En este contexto, el Ministerio de Salud creó el Consejo para la Universalización de la Atención Primaria para planificar que la APS sea el primer punto de contacto para la atención y eje articulador de la red asistencial. Para asumir este reto como sociedad es necesario potenciar la colaboración público-privada, con el fin de destinar los mejores recursos técnicos y humanos para un funcionamiento efectivo y eficiente de la APS.
Como asociación, creemos que la incorporación de la tecnología en salud en la atención primaria es un factor clave para seguir el llamado de la OMS. Por ejemplo, contar con tecnologías diagnósticas en los centros de atención primaria permitiría realizar seguimiento de patologías prevalentes como diabetes, hipertensión o insuficiencias cardiacas, entre otras, sin necesidad de acudir al nivel secundario u hospitalario de salud.
Es el caso del Point of Care (PoC, Pruebas en el punto de atención), una revolución para la medicina diagnóstica porque permite testear la condición del paciente in situ, es decir, en el mismo lugar donde está recibiendo la atención de salud, pudiendo descartar o confirmar la presencia de enfermedades. El diagnóstico temprano y oportuno, utilizando dispositivos médicos innovadores, permitirá gestionar de mejor manera, e inclusive disminuir, las listas de espera a consultas de especialidad, dado que llegarían a esta instancia los pacientes con patologías ya pesquisadas.
Incluir innovación tecnológica, en la APS es una tendencia a nivel mundial. Son una herramienta para la des-hospitalización de las redes de salud y un apoyo a los equipos de atención primaria en el diagnóstico, tratamiento y monitoreo de patologías crónicas y agudas, gestionando de manera eficiente el viaje del paciente en el sistema.
A 44 años de la “Declaración de Alma Ata”, surgida en la primera conferencia internacional sobre atención primaria en salud, un 6 de septiembre de 1978, la APS sigue siendo un modelo con enormes oportunidades y desafíos. Solo que, en el siglo XXI, para que la APS permita alcanzar un mejor nivel de salud de las personas es un deber incorporar nuevas soluciones tecnológicas.
El acceso oportuno a tecnologías en salud, sin duda, puede cambiar la vida de los pacientes, ya sea por el monitoreo constante de una enfermedad crónica o el diagnóstico oportuno de una afección. Pero también aporta a todo el ecosistema de salud, ya que una atención primaria más resolutiva impactará positivamente a nivel hospitalario, descomprimiendo su carga, disminuyendo la entrada a las listas de espera y permitiendo que se focalice en patologías y prestaciones quirúrgicas de alta complejidad. En definitiva, poniendo la innovación al servicio de las personas.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.