Por: Felipe Vallejos. Regional Performance Director, Media & Analytics de Reprise
El desarrollo de la Inteligencia Artificial ha sido uno de los temas que más se ha analizado en el último tiempo, son diversas las visiones que han surgido respecto a sus beneficios, riesgos, límite y ética. Sin embargo, lo que no está en duda es que es una herramienta clave que impacta en los procesos haciéndolos más ágiles y eficientes y que ya se ha incorporado en algunas industrias, como en el marketing.
En efecto, la utilización de algoritmos para optimización de campañas con foco en objetivos, modelos de IA que buscan simular el lenguaje humano como el ChatGPT o Bard, están entrando muy fuerte en la rutina de las personas. También, las marcas están utilizando IA para la optimización de sus campañas en algoritmos de plataformas digitales como Google, Facebook, entre otros. Estos modelos o algoritmos se entrenan en base a data permitiendo encontrar oportunidades y capitalizar los objetivos de las marcas.
Por otra parte, hay áreas enfocadas a la creación de contenidos, textos, blogs, chatbots de lenguaje avanzado y con árboles de decisiones complejos que permiten a los usuarios tener experiencias con menor fricción al momento de interactuar con estas soluciones.
Sin duda, es una tecnología muy disruptiva que llegó para agilizar el trabajo. Esto se presenta como una oportunidad de incorporar la IA dentro de los flujos, desarrollando nuevas herramientas que ayudan a los clientes a optimizar sus presupuestos de medios y mejorar la experiencia de los clientes finales a lo largo del customer journey.
A pesar de todos los aspectos positivos que puede tener, no podemos ser indiferentes ante los problemas de ética y de malos usos que podría tener en un futuro cercano. Hasta el momento los límites son claros, y es que las herramientas de IA están ayudando a automatizar y disponibilizar mucha información en tiempos que hace años podrían haber parecido imposibles.
En un futuro, la ética dentro de la IA es algo que se tendrá que delimitar, ya que al ser una tecnología tan potente y con variados usos, podría tener vicios importantes, uno de los problemas que podría generar es su falta de neutralidad en algunos casos, pudiendo caer en errores de resultados o en inexactitudes relevantes. También es de suma importancia tener en cuenta que existen riesgos inherentes al momento de utilizar las nuevas tecnologías de IA y, en gran medida, cuando se trata de procesar y almacenar de forma segura datos que son propiedad de las compañías.
Es por esta razón, que la clave es poder acompañar a los clientes a capitalizar las nuevas herramientas, y a su vez, a ser cautelosos y tomar todas las medidas necesarias para hacer uso de la inteligencia artificial en el marketing protegiendo la seguridad de sus datos y sus stakeholders.
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