Por: Gabriel Lama. Gerente General TGLI Leadership Consulting y Coach de Alto Rendimiento Ejecutivo
“La confianza es la base de todo lo que hacemos y la clave de las nuevas competencias de liderazgo en la economía global”, escribió Stephen M.R. Covey, autor del libro “The Speed of Trust”. Es fácil hablar de confianza. Pero no lo es tanto entender lo que realmente significa, cómo se construye o cómo se destruye. En medio de una crisis de confianza como la que vivimos en todos los niveles en nuestro país, creo vital ahondar en ello hoy día.
Dada la relevancia de este contexto, es clave en primer término establecer que no deberíamos dar por sentados conceptos que se relacionan a nuestras habilidades relacionales, fundamentales para el éxito. Y por otra parte, es importante también asumir que partimos con una cierta desventaja, en tanto en ningún momento nos enseñaron de manera formal cómo poder desarrollar esas habilidades o dominarlas.
Si tuviese que elegir un punto sobre el cual trabajar con un Equipo de Alto Rendimiento, probablemente el primero sería la Confianza, el bien más preciado en cualquier organización e indispensable para la formación de equipos.
Charles Feltman definió la confianza como “arriesgarse a hacer algo, aún sabiendo que eres vulnerable a las acciones de las otras personas”. Valga la redundancia, realmente suena como algo muy “arriesgado” a realizar y pese a lo paradójico que pueda parecer, ser vulnerable requiere bastante coraje.
¿Cómo estructurar la confianza? Feltman identificó en su libro The Thin book of Trust, 4 factores que la determinan frente a una persona, un equipo o una organización:
El primero es la sinceridad, en tanto lo que quiero decir es lo que digo, digo lo que quiero decir y actúo conforme a ello. El segundo es la Fiabilidad. Es decir, cumplo lo que prometo. El tercero es la Competencia, relacionado con tener todo lo que es necesario para hacer el trabajo. Y por último, la Atención. Es decir, tener en mente tus intereses tanto como los míos.
Sin embargo, antes de arriesgarnos en confiar en algo o en alguien, existen conductas específicas según el mismo Feltman, que nos permiten identificar los “fallos de confianza” con mayor claridad, para poder solucionarlos. Entre ellos están el respetar límites, preguntando para ello; hacer lo que dices que vas a hacer; responsabilidad, aceptando tus propios errores, disculpándose y corrigiendo; no compartir información o experiencias que no sean tuyas; integridad, anteponiendo el valor a la comodidad y lo correcto antes de lo divertido, rápido o fácil; no juzgar; y finalmente la generosidad.
Lograr practicar estas conductas de manera integral y consistente, puede ser para algunos un verdadero desafío y es lo que esperamos al menos de nuestros líderes, ya que son ellos los que moldean el actuar de sus seguidores.
Lo que sí debemos tener muy presente, es que cada uno de nosotros es líder de sus propias acciones y procesos de cambio. De hecho, la única persona que podemos cambiar es la que tenemos frente al espejo. A las demás, lo que hacen los líderes es motivar, influenciar, inspirar, movilizar, acompañar, apoyar y hasta comprometer. Por lo tanto y como decía Mahatma Gandhi, “debes ser el cambio que quieres ver en el mundo”.
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