Por: Rodrigo Aliaga S. Life & Executive Coach. Coaching de Resultados Grupal & Individual

Bien en simple: ¿Has oído alguna vez la frase “si no sabes hacia donde te diriges, no llegarás a ninguna parte”? Lo más probable es que sí. ¿Cuánto sentido te hace?

En mi trabajo como Coach, uno de los problemas que más veo en mis clientes, (y a veces de los más arduos de resolver) es el no tener objetivos claros y bien definidos, el vivir el día a día sin mayor claridad en cuanto al horizonte hacia el que se dirigen. Que van simplemente ‘tirando el carro’ de su negocio, carrera, relaciones, etc., con el consiguiente desgaste invisible de energía, sub o sobre utilización de recursos y los variados costos asociados.

Veo incluso a empresarios o ejecutivos consolidados que sin darse cuenta han convertido su día a día en una rueda de hámsters, que gira y gira, muchas veces sólo “apagando incendios”, pero sin llegar a ninguna parte. Y aunque a veces sí que pueden decir qué es lo que no quieren, lo cual se convierte en su objetivo inconsciente, no logran, o les cuesta mucho, definir sin ayuda lo que sí desean en forma de un objetivo consciente que les motive. Desde mi óptica es también algo cultural, más propio de algunos países que de otros.

Lo contrario a lo anterior, y mi recomendación, es pensar desde el final, desde aquel gran logro que deseamos alcanzar en el largo plazo, descomponiéndolo a su vez en objetivos más pequeños en fracciones de tiempo más acotadas, alcanzables más fácilmente.

Puedes detenerte e imaginar por un momento que decides emprender un viaje en auto: planeas ir a cierta ciudad, calculas y dispones del tiempo, recursos y compañía necesarios para llegar y algunos puntos intermedios a modo de descanso o reabastecimiento. Llegado el punto de ponerte en marcha, simplemente vas siguiendo los pasos de acuerdo a lo planeado. Muy diferente a ir improvisando y dando tumbos por el camino, ¿no es así?. Seguro que llegarás más o menos en tiempo y forma de acuerdo a lo planeado, con cierta flexibilidad. ¡Y si invitas a alguien a este viaje incluso es mucho más probable que te acompañe! Todo porque tuviste un objetivo definido con Claridad, acompañado de un plan.

La diferencia, entonces, entre tener o no objetivos claros, puede ser radical en términos de la calidad de vida que experimentamos en el día a día. (En otro momento hablaremos del temor a tener objetivos o de trabajar por ellos, otro de los temas que veo en mi quehacer como Coach)

Ventajas de tener objetivos bien definidos:

• Economizas tiempo y dinero
• Economizas energía y capacidades
• Potencias las habilidades que debes usar más
• Das un mejor mensaje a quienes te rodean
• Convocas más fácilmente las ayudas o compañías necesarias
• Te motivas permanentemente al ir comprobando tu avance
• Motivas e inspiras a tu equipo
• Puedes darte espacio para descansar y para la creatividad
• Avanzas más rápido hacia el siguiente objetivo
• Puedes aportar más valor a tu familia, empresa, mercados, etc.
• Logras más crecimiento personal
• etc., etc., etc.,

Te invito ahora a responder: ¿qué otra ventaja puedes ver en definir tus objetivos con claridad? ¿qué diferencia has podido advertir cuando te has puesto objetivos claros y motivantes? ¿qué costos te ha significado no haberlo hecho en el pasado?

El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.