Por: Marcelo Vallauri. Gerente general de Trek Rental
La industria minera sigue siendo el motor de nuestra economía, pero para que esto siga ocurriendo y de mejor manera, es importante mantener la mayor eficiencia en cada uno de sus procesos y el mejor desempeño posible de los activos involucrados en la operación.
Con la tecnología de diagnóstico que existe hoy en día, acompañado de colaboradores técnicos más capacitados, los inconvenientes técnicos o mecánicos disminuyen y con esto, las probabilidades de largas detenciones y consecuentes retrasos en la producción también se reducen.
Para ello, es fundamental contar con equipo técnico y humano preparados para atender de forma ininterrumpida y bajo condiciones severas, con la capacidad de predecir fallas, con buenos planes de mantenimiento predictivo y una reacción rápida en lo correctivo.
A pesar de utilizar todo este tipo de recursos técnicos y humanos, igual ocurren inconvenientes, los equipos son operados por personas, por ende, muchas de las fallas son por mala operación. La tecnologías y funciones de los camiones y máquinas cambian constantemente y nace la necesidad de que tales capacitaciones sean permanentes, tanto para quienes las operan como para quienes las mantienen.
Mantener un servicio los 365 días del año es primordial, la minería no para y una demora puede tener un alto impacto en la producción y los índices de rentabilidad de un proyecto.
Se debe tener el personal, la tecnología y la infraestructura idónea, disponible todos los días para realizar los mantenimientos preventivos y correctivos en el lugar que se produce el evento, que puede ser en faena o en nuestros talleres.
Los fierros pueden fallar, pero no el servicio y la atención oportuna. De ahí la importancia de no perder un minuto y trabajar los 365 días del año y uno que otro 366.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.