Por: Marco Berdichevsky B. Vicepresidente de Recursos Humanos en Finning Sudamérica
Hasta hace algún tiempo, una de las grandes preocupaciones de los estudiosos en el ámbito de los recursos humanos tenía que ver con el futuro, sin embargo la pandemia del coronavirus aceleró la necesidad de los cambios y nos mostró que el futuro es ahora y es presente, por lo tanto, resulta válido afirmar que no es prudente dejar para mañana lo que debemos hacer hoy, especialmente, cuando ya conocemos lo que se requiere, el diagnóstico está hecho y solamente debemos apretar el acelerador para que se produzcan y enmendar el rumbo.
Pero la crisis sanitaria también nos permitió reafirmar y poner en cifras concretas, lo que ya sabíamos, esto es la carencia de profesionales que cuenten con las habilidades que requiere hoy el mundo laboral -así como también-, que la digitalización es un imperativo para que las industrias y empresas continúen siendo competitivas por lo que la educación y reconversión son una responsabilidad y un desafío a asumir sin dilaciones por todos los actores involucrados en el desarrollo del país.
Así, hoy sabemos que en Chile existe una gran demanda de profesionales digitales, pues el déficit, de acuerdo a información de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de la Información (ACTI), es de un 30%. Lo que también ha quedado reflejado en el último estudio de McKinsey & Company titulado “Building the vital skills for the future of Works in operations”, que señala que en Europa y Estados Unidos mientras la demanda de habilidades físicas y manuales que se deben repetir rutinariamente una y otra vez disminuirán un 30%, la de habilidades tecnológicas aumentará en un 50% y las de habilidades cognitivas complejas crecerán en un tercio.
Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, en el mes de mayo presentó un panorama del sistema científico y tecnológico actual en América Latina y el Caribe y sus principales desafíos, señalando que “tenemos que acercar la ciencia, la tecnología y la innovación a los sectores productivos”, pero, sin duda para hacerlo primero debemos estar convencidos de que la educación no puede continuar dándole la espalda a las tecnologías en nuestra región.
Durante la pandemia ha quedado de manifiesto, por ejemplo, que la tecnología para aprender desde los hogares existe y sin embargo, se implementó masivamente recién ahora, lo que hace indispensable que las autoridades garanticen que los jóvenes cuenten con las herramientas para acceder a ella y en paralelo, que los planes de estudio coincidan con la demanda de la industria para la fuerza laboral del futuro.
Sin embargo, son tantas y tan grandes las necesidades que el sector público no será capaz de abordar todos los desafíos que en materia educacional se presentan hoy, por lo que las empresas estamos llamadas a cumplir un rol clave en un país como el nuestro que tiene serias brechas en materia de calidad de educación.
Una de las respuestas que hemos encontrado desde la industria y desde los sectores productivos es el fortalecimiento de los consejos de competencias, para asegurarnos de que nuestros jóvenes desarrollen habilidades alineados con las exigencias reales de la demanda laboral.
Este es entonces nuestro llamado, los convocamos a no permanecer estáticos, a enfrentar el actual escenario y a planificarnos para este mundo cada vez más digital, de lo contrario, el país y nuestra economía se van a encontrar ante una seria y grave desventaja competitiva.
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