Por: Dra. Cecilia Iturra. Coordinadora del Programa de Salud Ocupacional de BASF Chile
Sin duda, la salud ocupacional es clave, pero no se puede hacer promoción de la salud en las empresas, si estas no tienen todos los temas relacionados al riesgo ocupacional controlados y asegurados. A modo de ejemplo, sería inconsistente hablar de alimentación saludable si las empresas no tienen controlada la exposición a químicos peligrosos o no cuentan con protección frente a ruidos molestos. Así, una primera condición, es que la organización tiene que estar sana, o con riesgos ocupacionales controlados.
Un segundo fundamento es que la promoción de la salud debe ser parte de un trabajo conjunto, porque esta labor no la debe desarrollar solo el equipo de salud de cada organización, ni menos el médico a cargo, sino es tarea de todos: jefaturas, colaboradores, representantes de los trabajadores y Recursos Humanos.
Dentro de este contexto, el concepto de personas sanas en las empresas sanas es estratégico, porque solamente alguien sano puede producir bien, querer desarrollarse, tener capacidad de innovar y ser capaz de trabajar bien en equipo. Las personas sanas valoran su trabajo y lo cuidan. En ese sentido, es importante establecer con los colaboradores una estrategia de “win /win” del cuidado de la salud, donde gana el trabajador, su familia, la sociedad y también la empresa.
De acuerdo a nuestra experiencia en BASF, el valor la Promoción de la Salud es un elemento fundamental en la estructura de la organización. En 2005 comenzamos a trabajar por un riesgo, el tabaco, habiendo muchos otros elegimos éste por razones epidemiológicas. Luego, cuando ya estaba montada la forma de trabajar y la organización nos validó y sintió que esto aportaba, el segundo riesgo que enfrentamos fue alimentación la saludable, y de ahí nos hemos extendido a varios más. Cuando identificamos los riesgos se puede desarrollar una política adecuada y así debe realizarse.
Asimismo, un Programa de Salud Ocupacional debe considerar una serie de iniciativas orientadas a generar confianzas para que la gente se abra y participe pues, es fundamental, que todo lo que se realiza se haga con cariño, que nazca del corazón ante la preocupación por el otro. “Yo te cuido para que tu evalúes la mejor opción”. Esa debe ser la esencia.
Otro factor de éxito de la promoción de la salud, y que lo hemos experimentado en BASF, es el uso responsable de los recursos. La mirada preventiva juega un rol importante en el gasto. A modo de ejemplo, todos los años ofrecemos a nuestros colaboradores exámenes de salud preventivos y de forma voluntaria. La mayoría lo acepta porque son gratuitos, confidenciales, y los resultados se conversan individualmente.
A quien se le diagnostica algún problema, lo incorporamos inmediatamente a lo que hemos denominado como Unidad Laboral Intensiva, ULI, donde vigilamos a los colaboradores y luego, de ser necesario, incorporamos a estas personas a beneficios corporativos.
Otro punto importante es la participación de la familia, porque a veces los riesgos están al interior de este grupo, por lo tanto, ahí el desafío es mejorar el contexto familiar para evitar tenerlo en contra.
Claramente, la promoción de la salud es parte del desarrollo de una empresa, por lo mismo es necesario estudiar, y mucho. Aquí hay ciencia y arte. Promoción de la salud no es apenas entregar folletería, sino que responde a una estrategia. Finalmente, para que ésta sea exitosa, siempre se debe hacer el trabajo con cariño y sinceridad hacia el trabajador, haciéndolo responsable de su propia salud, sin caer en paternalismo, porque éste afecta el desarrollo de las personas.
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