Por: Juan Luis Núñez T. Director Ejecutivo Centro de Estudios del Futuro, USACH
Una de las discusiones que se ha tomado la agenda de la industria en los últimos años ha sido el despliegue de 5G, el momento en que lo tangibilizaremos y los beneficios que trae a la sociedad. En efecto, en los distintos foros internacionales realizados en la materia la pregunta que surge es si serán las industrias las principales beneficiadas por la llegada de esta tecnología o, paralelamente, si podrá la gente percibir también las ventajas del 5G.
Algunos estudios, como el lanzado a fines del año pasado por GSMA y la consultora internacional en telecomunicaciones, Telecommunication Management Group (TMG), han catapultado al 5G a una categoría superior en cuanto a la importancia que tiene para la vida diaria, comparándolo incluso con el aporte del automóvil y la electricidad.
Las estimaciones señalan que, al 2035, año en que se producirían los máximos beneficios de su despliegue, un variado rango de industrias podría producir hasta US$12.3 trillones en bienes y servicios, apoyados en alrededor de 22 millones de trabajos.
La pregunta que surge es cuánto de ello y de qué manera llegará al consumidor final, puesto que, a la fecha, han sido los usos más disruptivos y novedosos los que han llamado más la atención, sin percatarnos que también nos veremos favorecidos con usos más terrenales y concretos que, por ejemplo, los vehículos autónomos.
1.- Aquellos beneficios que vienen por extender la banda ancha móvil y que son una evolución de la actual 4G, tales como mejorar la cobertura en espacios cerrados y abiertos, realidad virtual y realidad aumentada, reuniones virtuales, trabajo colaborativo y labores de capacitación y educación. Como vemos, las acciones cotidianas se verán mejoradas en el corto plazo y tendrán una experiencia de usuario muy superior, debido a la mayor velocidad y mejor capacidad de la red para transportar gran cantidad de información.
2.- Aquellos que dicen relación con el desarrollo de IoT, tales como el grupo de “conceptos inteligentes” (ciudades, agricultura y hogares), seguimiento de objetos y monitoreo remoto (especialmente, en los servicios básicos de nuestras casas), luminarias y, en general, toda la industria de la sensorización. Es en este subconjunto donde ya veremos el impacto transformador del 5G en el mediano plazo.
3.- Aquellos que constituyen una especie de servicios críticos, tales como vehículos autónomos, telemedicina y cirugía a distancia, drones, electricidad inteligente y automatización de las industrias. Este es el grupo que contiene las aplicaciones más avanzadas y atractivas, que poseen un enorme potencial de crecimiento en 5G y que requieren, necesariamente, de grados de latencia ultra bajos y gran fiabilidad de las redes.
Estos grupos irán avanzando a su ritmo y a medida que las respectivas industrias, mercados y regulaciones vayan desarrollándose. Disponer de espectro para concretar estos beneficios constituye la piedra basal sobre la que construiremos nuestra nueva economía digital. En ese sentido, la consulta pública recientemente lanzada por Subtel es un avance importante para apurar el proceso de licitación, además de contener elementos innovadores en su propuesta.
Todos los actores de esta industria tendremos que ser capaces de actuar con altura de miras frente a la definición de este tema, tanto en la sede de competencia como en la administrativa, ya que no podemos darnos el lujo de llegar tarde a la obtención de los mencionados beneficios.
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