Por: Benjamín Faivovich. Miembro del G100 y creador de Emprende Joven

Hace solo algunos meses se presentó la última edición del Reporte Mundial de Emprendimiento, “Global Entrepreneurship Monitor, GEM”, liderado por la Universidad del Desarrollo. En este estudio, se puede ver que Chile es una de las economías del mundo donde más ha crecido la actividad emprendedora, pasando de un 13% a un 25,1% en casi 10 años.

Pareciera que como país no nos hemos dado cuenta que el futuro del emprendimiento se encuentra justamente en motivar a los niños y adolescentes. De hecho, los temas que más se tocan en educación son: admisión justa, calidad, gratuidad y cambios en la PSU, pero, nos hemos preguntado la real importancia que tiene la motivación?

Hay muchos factores que entran en juego a la hora de definir el éxito de una persona. La falta de confianza, el miedo a equivocarse, el rechazo, la desmotivación y los estados emocionales negativos, son algunos que te llaman a no querer seguir adelante.

Sin embargo, el triunfo se encuentra cuando no te dejas vencer, y la clave para afrontar estos problemas como sociedad, no solo está en la propia determinación del alumno, sino también en la buena orientación y refuerzo de los educadores.

Como docente creo que nuestro foco debe estar en fomentar e incentivar a los niños a que sueñen y luchen por lo que quieren, pero también debemos enseñarles a fracasar ayudando a reforzar la autoconfianza, la resiliencia y el autocontrol. Y es que, en mis 10 años ligado al mundo de la educación y el aprendizaje he aprendido que nuestro cerebro es una máquina perfecta, que debemos alimentar con pensamientos constructivos y optimistas si queremos aprovecharlo al máximo.

La escritora española Elsa Punset señala que para superar el miedo “hay que exponerse a ese temor de forma repetida, gradual y controlada”. La esencia de emprender se encuentra justamente aquí, seguir adelante al igual que cuando subes una escalera: peldaño a peldaño, la subida es lenta y agotadora, pero tiene un final y allí está la recompensa.

El emprendimiento en Chile se ve con buenos ojos, sin embargo, aún queda mucho por crecer y para lograrlo, debemos enfocar los esfuerzos en incentivar a las generaciones que vienen. De esta manera, en un tiempo más tendremos jóvenes empoderados, sin miedo a seguir su propio camino. Son ellos mismos los que llevarán a cabo ideas innovadoras y convertirán a nuestro país en un mejor lugar para emprender.

El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.