Por: Giovanni Calderón B. Director Ejecutivo Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático
El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, nos recuerda el rol transformador que han cumplido las mujeres en la sociedad y sus luchas para reivindicar sus derechos y abrirse espacios de participación.
Queda mucho camino por recorrer para una efectiva igualdad con los hombres. Y el cambio climático es un factor agravante de la desigualdad de género. Según Naciones Unidas, los impactos cada vez más frecuentes e intensos del cambio climático afectan más a las mujeres que a los hombres, a pesar de que contribuyen menos a provocarlo.
Las mujeres representan el 51% de la población mundial y un gran porcentaje de ellas se encuentra en condiciones de pobreza, lo que las pone en una situación de mayor vulnerabilidad frente a los efectos adversos del cambio climático. El 80% de los refugiados climáticos en el mundo son mujeres. Los desastres naturales, como las lluvias torrenciales, las olas de calor, las inundaciones y los huracanes, cobran la vida de más mujeres que hombres, y también son más afectadas por las sequías porque la menor disponibilidad de agua provoca una mayor inseguridad alimentaria que, a su vez, afecta más a las mujeres.
Durante muchos años, el cambio climático se ha presentado como un problema cuyos impactos tenían que abordarse a nivel global y de manera sectorial, priorizando la economía y el medioambiente, sin considerar las desigualdades de género como una perspectiva relevante en su análisis.
Recién en 2001 surge por primera vez en el debate climático la necesidad de incorporar el enfoque de género en la elaboración de los planes nacionales de adaptación al cambio climático. Luego fue la ciencia la que introdujo la perspectiva de género en sus análisis sobre los diversos aspectos del cambio climático.
Sin ir más lejos, en la reciente 52ª sesión del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, se debatió su Política de Género y Plan de Acción, donde se fijaron objetivos como mejorar la igualdad de género en los órganos y procesos del Panel, para tener mayor igualdad en las posiciones de liderazgo al interior de la entidad, y proporcionar un entorno organizativo que facilite la participación de mujeres al cuidado de niños u otras personas.
Pese a todo, según datos del Instituto Europeo para la Igualdad de Género, más del 80% de los puestos de responsabilidad en materia de cambio climático son detentados por hombres. Lo mismo ocurre en el ámbito científico, del que salen los informes para las discusiones en los foros internacionales.
Aún no hay suficiente comprensión de cómo el cambio climático y la variabilidad climática afectan las relaciones de género, ni de cómo abordar las diferencias de género de manera efectiva en las acciones de adaptación y mitigación.
Lo que está claro es que para detener el calentamiento global, es fundamental e ineludible la inclusión de la mirada de las mujeres en el debate sobre cambio climático.
Avanzar en igualdad de género significa un verdadero progreso para todos y la clave para un desarrollo equilibrado y sustentable. Por eso hay que destacar la Mesa de Género y Cambio Climático impulsada por los Ministerios de Medio Ambiente y de la Mujer y la Equidad de Género, que busca superar las brechas causadas por el cambio climático en Chile, lo que será un aporte fundamental para las políticas públicas futuras en esta materia.
Como siempre, debemos escuchar la voz de las mujeres y respetar sus derechos y dignidad para resolver los problemas que nos afectan a todos.
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