Por: José Renato Mello Gonçalves. Vicepresidente para América Latina de Orange Business Services
En su libro más reciente, titulado “El momento de volar”, Melinda Gates afirma que “la diversidad de género no solo es buena para las mujeres. Lo es para quienes quieren resultados”. Como ella, muchos investigadores creen que fomenta la innovación, conduce a mejores rendimientos y mayores ganancias dentro de las empresas.
Una encuesta de McKinsey muestra que las organizaciones posicionadas en el cuadrante superior en cuanto a diversidad de género en los equipos ejecutivos tenían un 25% más de probabilidades de tener una rentabilidad superior al promedio. Sin embargo, estamos viendo que menos mujeres ingresan a la industria de TI. En Silicon Valley, sólo el 13% de los puestos directivos están ocupados por mujeres. Al mismo tiempo, representan menos del 7% entre los emprendedores.
Las mujeres continúan subrepresentadas en la economía digital
Tanto estudiantes como profesionales siguen estando poco representadas en los sectores relacionados con STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Menos de un tercio eligen cursos de educación superior en matemáticas e ingeniería a nivel global. Las mujeres que trabajan en estas áreas reciben, en promedio, un salario 10% menor que la media, según datos de la ONU.
No puedo dejar de recordar que las Naciones Unidas considera que la ciencia y la igualdad de género son fundamentales para lograr los objetivos de desarrollo sostenible del mundo. Pero también es necesario señalar que los prejuicios y los estereotipos de larga data están alejando a las mujeres de los sectores relacionados con la ciencia.
La transformación digital trata de empoderar a las sociedades en el futuro, pero es importante tener en cuenta que solo el 17% de los especialistas en TIC son mujeres, de acuerdo a cifras de la Comisión Europea. Creo que ellas deben participar activamente en la tecnología para dar forma a la economía y, como resultado, a una sociedad digital sostenible.
Nuestro ejemplo para acabar con la brecha
En 2019, firmamos aquí en Orange el UNI Global Union, un acuerdo global sobre igualdad de género en el lugar de trabajo, equilibrio de la vida personal y lucha contra la discriminación. Esto marcó un nuevo hito en el compromiso social de la compañía. Dos años después, nos ubicamos en el top 10 entre 3.700 empresas en todo el mundo en términos de igualdad de género. Actualmente, el 36% de nuestros empleados son mujeres, el 32% en puestos directivos y el 20,5% en posiciones técnicas.
El año pasado, Orange lanzó el programa “Hello Women” con el objetivo de aumentar la representación femenina en posiciones técnicas y digitales. El programa está diseñado para crear conciencia sobre los trabajos técnicos entre las niñas y estudiantes y, al mismo tiempo, identificar, reclutar y retener a más mujeres en estas profesiones.
En el área de formación, la Fundación Orange creó 320 hogares digitales, muchos de ellos en África. Estos centros están diseñados para brindar capacitación gratuita a las mujeres para desarrollar habilidades digitales y otras actividades generadoras de ingresos. Les proporciona formación básica en software, uso de Internet y gestión financiera.
Empoderando mujeres en la era digital
Para contribuir aún más a reducir la brecha de género en el trabajo, creo que es vital que las mujeres estén incluidas en los desarrollos digitales y no pierdan futuros trabajos en este rubro. Un hallazgo de Element AI detalla que solo el 12% de los investigadores en inteligencia artificial (IA) son mujeres. Si los hombres son predominantes en esta tecnología, existe el riesgo de que se reproduzcan o incluso amplifiquen las desigualdades existentes.
Al mismo tiempo, es fundamental que las jóvenes tengan más modelos a seguir en la industria y se las aliente a ingresar al mundo digital en evolución. Mi consejo para las mujeres sería que no duden en ingresar a la industria de la tecnología, que se atrevan. ¿Por qué? Porque tienen todo para ganar en sus trabajos, así como en el mundo y en los negocios.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.