Por: Pamela Chávez C. Emprendedora Endeavor. cofundadora de Aguamarina y Domolif
¿Por qué las mujeres han sido una de las más afectadas por la crisis económica que deja la pandemia? ¿Por qué este impacto tan desproporcionado? Aquí hay una serie de variables de las que podríamos discutir horas y horas donde – precariedad laboral, ocupaciones informales y tener un rol de cuidadoras – son algunas de ellas. Lo relevante es entender que sí, hemos avanzado, sin embargo, aún quedan brechas que la pandemia lamentablemente intensificó.
Hace unos días conmemoramos a nivel mundial el 8M. Cada año y este no fue distinto, es enorgullecedor ver el compromiso, la pasión y la garra de todas las mujeres por visibilizar los desafíos, y reconocernos entre nosotras, buscando en un futuro no tener que estar discutiendo sobre estos temas, sino simplemente destacar y celebrar el talento femenino.
Para lograr esto, la discusión no debe ser de un día, ni de un mes, si no hacernos una constante radiografía como sociedad, organizaciones y personas, donde queden a la luz las falencias y se creen incentivos adecuados que permitan crear igualdad de oportunidades, en el más y sincero sentido de la palabra.
Hay mucho talento femenino, ¡visibilicemos y usémoslo! y para esto necesitamos el compromiso de todos y todas, especialmente de nosotras mismas quienes tenemos el poder de decirle a otra “si puedes”, creando redes y círculos de expertas.
En mi experiencia como emprendedora en la industria minera, ratifico que acá las trabas son difíciles, los códigos de negociación, la historia y la cultura de la industria en sí pesa bastante; no es un ambiente fácil para la venta de tecnología para nadie, y para muchas emprendedoras puede ser intimidante. Me ha tocado participar de congresos especializados en el área, donde uno se encuentra con escasez de mujeres – todas muy talentosas –para quienes alcanzar liderazgo ha sido a punta de sacrificio y esfuerzo.
Y aquí está la misión de quienes ya estamos dentro de las industrias, ayudar a formar emprendedoras a través de la confianza en sí mismas y en sus oportunidades, abrirles puertas y el mundo. Una forma de hacerlo es desarrollar programas especializados para mujeres, justamente para dar herramientas desde otras mujeres que han tenido éxito, algo que buscamos hacer desde Fundación mi Norte siguiendo el ejemplo de Builder “APTA Builder”, que a través de un modelo de Corporate Building es posible acelerar a mujeres que tienen todas las ganas, el talento y el conocimiento técnico, pero que se sienten inseguras al no conocer sobre emprendimiento. Queremos ser ese soporte y back office que se requiere a la hora de emprender.
Estamos en una transición, las nuevas generaciones están dando luces de un mundo diferente, un mundo más productivo, sostenible, consciente del medio ambiente, circular, entre muchas otras cosas, aprovechemos este impulso para abrir los espacios y las oportunidades.
Ser niña y ser mujer es un honor, soñemos y trabajemos por más, hoy ya nada nos limita. Cuestionémonos las cosas, preguntemos lo que no sabemos, no sigamos patrones, inspirémonos, y por sobre todo hacer nuestros sueños realidad.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.