Por: Marco A. Zúñiga. Director Ejecutivo Chiletec – Asociación de Empresas Chilenas de Tecnología
Uno de los pilares sobre los cuales se funda la Economía Digital es el manejo de la identidad digital. Es un aspecto crucial para identificar en forma plena a los diversos actores, siendo el garante de confianza para la certeza jurídica, técnica y comercial, necesaria en todos los procesos. Estos temas fueron largamente analizados durante la discusión multisectorial de Identidad Digital, que lideramos desde Chiletec en el Ministerio de Economía, durante el 2018. También la OECD ha declarado que Chile carece de un modelo integrado de identidad física y virtual que involucre a todos los actores nacionales, gestionando visitas de países como Estonia, España o Uruguay, líderes mundiales en el tema y que nos han compartido su experiencia.
Esta carencia ha significado un retraso que complica la provisión de servicios para ciudadanos y consumidores, afecta la ciberseguridad, dificulta el desarrollo de nuevos servicios, y complica el soporte operacional a industrias fundamentales como sector financiero, salud, seguridad pública, servicios electorales y otras verticales. Sin lugar a duda, el garante de la fe pública de la identidad es y debe ser el Servicio de Registro Civil e Identificación.
El contrato vigente con el proveedor del Servicio de Registro Civil e Identificación para los servicios de identificación y emisión de documentos vence en enero del 2022. Creemos que durante este tiempo deben estar en construcción las bases de la nueva licitación; pero luego de consultar a diversos especialistas y actores relevantes públicos y privados, poca información hay disponible.
Siendo Chiletec representante de la industria tecnológica en su conjunto, nos preocupa el poco conocimiento público respecto de esta licitación, desde la conformación de los equipos técnicos y profesionales que están participando en su diseño, así como también por los principios de política pública y visión de futuro que guían este importante proceso, el cual tiene un impacto país por al menos los próximos 10 años.
Esta preocupación surge por las experiencias y resultados de las dos últimas licitaciones por estos mismos servicios del Registro Civil, que han significado para Chile un retraso mayor en el desarrollo de un modelo de identidad robusto, flexible, disponible para todos y que responda a las necesidades de un mundo moderno.
Múltiples cambios directivos, procesos de licitación impugnados, decisiones de adjudicación revertidas, captura por tecnologías propietarias en nuestros documentos de identidad nacional, incorporación de modernas tecnologías como Smart Card pero que no han sido aprovechadas, faltas a la probidad sancionadas penalmente, modelos de contrato mal negociados que han impedido al propio Estado el acceso a servicios de identificación a costos razonables, así como también dictámenes de Contraloría que han permitido “recuperar” para el Estado los datos de identidad de todos los chilenos, son algunos ejemplos concretos y documentados de las falencias de estos procesos previos de licitación, deficitarios tanto en el fondo como en la forma.
Como industria tecnológica, desde Chiletec ofrecemos toda nuestra colaboración en forma amplia, de modo de poder apoyar en el diseño y la construcción de estas bases de licitación, que definen un activo fundamental para el futuro de nuestro país. Nunca será tarde para establecer un modelo participativo, abierto, transparente y moderno para diseñar y construir entre muchos este pilar fundamental del futuro de nuestro país. Pero debemos avanzar en forma rápida y efectiva si queremos recuperar los años perdidos y reparar las grietas.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.