Por: Juan Pablo Saez. Chief Technology en Grupo Avanza
Estamos viviendo una época emocionante y revolucionaria donde la Inteligencia Artificial (IA) está desempeñando un papel protagónico. Las opciones para utilizarla son miles y aplican para todo tipo de industrias, prometiendo mejorar y potenciar lo que conocíamos hasta ahora. De hecho, muchos hablan de que el impacto de la IA es comparable con el surgimiento de internet y así lo estamos viendo en ejemplos concretos como los sistemas operativos de Apple o los lentes sensoriales de visión pro, donde la automatización está cada vez más presente.
Específicamente en el área de los recursos humanos y la gestión de personas, esta tecnología está demostrando un enorme potencial, convirtiéndose en un componente crucial para el desarrollo y crecimiento de las empresas.
Veamos algunas aplicaciones: La IA puede analizar grandes volúmenes de datos relacionados con los trabajadores, como información personal, antecedentes laborales, beneficios, habilidades y rendimiento, lo que es muy útil en organizaciones con alta dotación de personal. También es capaz de identificar patrones y tendencias, lo que permite a los profesionales de la gestión de personas tomar decisiones basadas en información precisa y objetiva.
En los procesos de selección y reclutamiento, la IA agiliza la preselección de candidatos mediante la revisión y evaluación de currículums, ahorrando tiempo a los reclutadores. En el Onboarding y capacitación, puede programarse para integrar a los nuevos miembros con información y recursos relevantes, además material de capacitación personalizado, lo que mejora la eficiencia y efectividad de la inducción.
Y hay más, porque la IA apoya los análisis de sentimiento y compromiso, donde mediante técnicas de procesamiento del lenguaje natural, se analiza el sentimiento y las opiniones más frecuentes entre los colaboradores en encuestas, comentarios y redes sociales internas. Toda actividad repetitiva es una potencial tarea para la IA, lo que permite crear un camino de soluciones más eficientes y sofisticadas.
Por supuesto que la rápida evolución de la Inteligencia Artificial nos lleva a pensar en los pros y contras, cuestionar nuestra industria y cómo afectará nuestras vidas en el día a día. Lo más probable es que en el futuro cambie la manera en que trabajamos, porque eso es lo que generan las revoluciones importantes. Actualmente estamos más bien en una fase de adaptación, donde reconocemos a la IA como un poderoso motor de innovación que no reemplazará el juicio y el sentido común propios de los seres humanos, pero sí puede ayudarnos en términos de aumento de la productividad y formulación de nuevas ideas.
Por eso, es fundamental recordar siempre que la IA fue creada por personas para ayudar a otras personas. Podemos utilizar Chat GPT, agregar diferentes APIs a los sistemas y analizar información, pero jamás se podrán replicar la empatía y la creatividad humanas que se requieren en la Gestión de Personas. Y este mismo factor humano el que debemos priorizar a la hora de utilizar las herramientas tecnológicas de IA, para saber qué es lo éticamente correcto y cómo minimizar riesgos, especialmente en ámbito educacional.
En los próximos años, la colaboración entre la IA y las personas será clave para encontrar avances y resultados más impactantes y significativos en la industria. Cada uno de nosotros somos responsables de su desarrollo y uso, por eso hay que reflexionar sobre su impacto ético, reconocer dónde poner límites reales y tener presente que la tecnología cuenta con el potencial de aumentar nuestra productividad, pero ese apoyo va siempre unido al equilibrio.
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