Por: Kamila Dubó. Gerente Mercado Business de WOM
El emprendimiento en el país ha tenido un importante desarrollo en los últimos años. Según el GEM (Global Entrepreneurship Monitor), nos ubicamos como el tercer país con mayor actividad emprendedora en el mundo.
Este dato nos hace mucho sentido y se relaciona con los resultados obtenidos en el estudio realizado por WOM, Revolución Pyme: emprendedores conectados, el que reveló, que un 54% afirmó que fue fácil o muy fácil tomar la decisión de emprender, cifras que demuestran el optimismo que hay a la hora de iniciar un nuevo negocio.
Sin embargo, muchos se han encontrado con trabas que han dificultado el camino y dentro de las principales figuran no solo el acceso al financiamiento, sino que también el innecesario exceso de trámites.
Esta última, una situación que abarca todo el proceso: desde contratar planes de telefonía e Internet, hasta pedir préstamos en un banco.
Este escenario nos motiva a seguir trabajando por el emprendimiento en el país, para que los nuevos negocios evolucionen y no queden estancados en el camino.
Es aquí donde está el compromiso que debemos tomar como sociedad, y especialmente como empresas, facilitando el financiamiento y evitando la burocracia. Creemos que estos son factores clave cuando se trata de emparejar la cancha y destrabar el paso hacia su desarrollo.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.