Por: Ángela Kohler. CEO de Hapynnar Global. Autora del libro “Y Jesús Lloró: Descubre el poder del Liderazgo Compasivo”
El versículo más corto de la Biblia es «Jesús lloró»: Juan 11:35. Sin embargo, a pesar de su sencillez gramatical, integra una complejidad incalculable, nos presenta a través de estas dos palabras a Jesús, un líder trascendental, es decir un líder compasivo. Este ejemplo de líder retoma su importancia a partir de lo que hemos vivido en todos los rincones del mundo a causa de la pandemia Covid-19. En el pasado nos centramos en el liderazgo transaccional, en el presente nos determina el liderazgo transformador, ahora bien, si las empresas y organizaciones desean seguir existiendo, deben migrar rápidamente al liderazgo trascendental.
A fin de contextualizar al lector sobre el concepto de la compasión, debo decirles que éste es muy amplio y transversal, que se encuentra en todas las culturas y religiones, aunque con matices importantes. Desde mi formación como Psicóloga, experta en liderazgo describo brevemente la compasión como el sentimiento de amor hacia mí mismo y hacia otros seres vivos, acompañada de acciones para mitigar el dolor y su sufrimiento, con el pleno deseo de que vivamos en armonía. No obstante, ocurre que a menudo somos incapaces de llevar a la práctica lo que nos proponemos, y lo que significa esta hermosa palabra muere sin haber dado sus frutos.
El concepto de compasión está muy lejos del concepto de Lástima, desafortunadamente en nuestro lenguaje cotidiano ambos conceptos significan lo mismo, pero no es así, por esta razón se hace necesario diferenciarlos. Sogyal Rimpoché, autor de «El libro tibetano de la vida y de la muerte» a través de una frase nos da la claridad sobre la diferencia entre estos dos conceptos: «Si miras el sufrimiento ajeno desde el miedo, eso es lástima. Si miras el sufrimiento ajeno desde el amor, eso es compasión»
En medio de esta crisis mundial conexión humana se ha convertido en el valor más preciado y significativo. Las personas en posiciones de liderazgo deberían tomarse el tiempo de pensar en cómo lo que hoy vivimos en el mundo, está afectando a nuestros colaboradores, a ellos mismos, y las relaciones que hemos formado entre ambos. Liderar desde la compasión, sobre lo que actualmente nuestros equipos están viviendo, contribuirá a que las personas sigan conectadas con la misión de cada organización en tiempos de crisis. Cuando las personas sienten que están siendo apoyadas, respaldadas y escuchadas por su líder, que es además compasivo, son capaces de generar las trasformaciones esperadas.
A medida que el ritmo de la innovación y la tecnología continúan acelerándose, es más importante que nunca pensar en las consecuencias involuntarias de nuestras acciones, no debemos permanecer con la mirada puesta solo en maximizar el valor para los accionistas. Como líderes empresariales, es importante tener en cuenta que no se trata solo de lo que se está tratando de lograr, sino de cómo se está tratando de lograr. Es necesario ponerse cada vez más en el lugar de aquellos que reciben nuestros mensajes, de quienes esperamos que actúen en coherencia.
Ahora bien, la práctica de los líderes compasivos se debe dar en todas las áreas de su vida y no solo en el trabajo. Ser compasivo en casa, con los amigos, con los desconocidos es también necesario. En este aspecto, solemos cometer un error común, dar por hecho que la compasión solo se debe practicar con las personas que tenemos más cerca. Nada más lejos de la verdad. Por ello, debemos practicar la compasión en todas las facetas de la vida.
A pesar de los tiempos de crisis, miles de organizaciones alrededor del mundo continúan viviendo de acuerdo con su misión, haciendo grandes esfuerzos, por ello necesitamos que nuestros equipos sigan conectados a ella. Hoy es importante entender, que, debido a esta nueva realidad, el concepto de lo que llamamos vida, ha cambiado para siempre. Por lo tanto, los líderes necesitan comprender que el modelo de liderazgo como lo entendíamos también necesita cambiar y adaptarse a lo que hoy los colaboradores necesitan en este nuevo escenario.
Si pensamos en grandes líderes que hayan de verdad inspirado y que sigan inspirando, por ejemplo, san Francisco de Asís, la madre Teresa de Calcuta, Martin Luther King, Nelson Mandela, Mahatma Gandhi o el papa Juan Pablo II, entre muchos otros, tienen algo en común, su compasión. Fue esta lo que les hizo moverse en una dirección sin dudarlo.
Es evidente que están a un nivel superior de liderazgo. Entendieron que debían hacer algo para aliviar el sufrimiento de millones de personas, no se quedaron en las palabras, pasaron a la acción. El Dr. Richard Davidson nos dice: «La empatía es la capacidad de sentir lo que sienten los demás. La compasión es un estadio superior, es tener el compromiso y las herramientas para aliviar el sufrimiento». Sin duda fue eso lo que hicieron estos y otros grandes líderes, su compromiso era inquebrantable y buscaron las herramientas para aliviar en parte el sufrimiento que veían a su alrededor. Por eso siguen siendo un ejemplo de liderazgo compasivo.
Debemos incorporar algo distinto, que nos asegure construir y mantener conexiones humanas más profundas, para entender lo que nos está pasando a cada uno y cómo esto afecta nuestros roles en la organización. Por eso es importante incorporar la compasión a nuestro trabajo y así mirar a otro con una perspectiva de entendimiento del dolor ajeno.
Desde hace un par de años el CEO de LinkedIn Jeff Weiner nos habla sobre cómo gestionar con compasión. LinkedIn es la red social más influyente para los profesionales, en la actualidad tiene más de seiscientos millones de usuarios. Jeff transformó sus vivencias en valiosas lecciones que influyeron en cómo enfoca su negocio actual. En su trayectoria profesional, fue conociendo los estilos de gestión y descubriendo lo que no funcionaba.
Uno de los mensajes que nos entrega Jeff a través de sus emotivos discursos en las universidades o en sus clases magistrales de acceso gratuito para todo el público, son: «No sería posible estar donde estoy ahora si no hubiera aprendido a ser compasivo». Jeff define la compasión como empatía por los demás, sumado a tomar acción. Sentir lo que otros sienten es inútil sin un esfuerzo por ayudar. Es muy emotivo escucharlo dándole el crédito a su esposa y cofundadora de LinkedIn por haberle enseñado sobre compasión.
Se pregunta Jeff si el mensaje de «Ser Compasivo» resulta atractivo a las nuevas generaciones, a quienes se les ha enseñado a competir durante toda su vida, en los deportes, en la escuela y socialmente. Dice que LinkedIn ha creado una cultura en la que «las personas se toman el tiempo para entender la perspectiva de la otra persona y no asumir una intención mala, generar confianza y alinearse en torno a una misión compartida». Esto le ha permitido tomar decisiones importantes rápidamente, lo que a las empresas rodeadas de desconfianza les tomaría meses. Por lo tanto, la compasión crea una ventaja competitiva empresarial, es algo fundamental que puede llegar a cambiar una organización, una carrera o una vida.
Ahora bien, preguntémonos ¿qué tal si la compasión además de todos los beneficios que hemos expuesto es rentable para las empresas y organizaciones? Y esto resulta importante cuestionarlo porque si a las organizaciones les va bien, todos nos beneficiamos. Piensa en la madre cabeza de hogar que pierde el empleo por el cierre de la empresa, imagina el impacto que tiene sobre su vida y sobre quienes le rodean. Por eso fortalecer el tejido social, empresarial y académico es clave para salir airosos de esta pandemia.
Uno de los primeros beneficios de la compasión es que crea líderes de negocios altamente efectivos. Esto significa que hay tres componentes de la compasión. Está el componente afectivo que es «yo siento por ti», está el componente cognitivo que es «yo te entiendo» y está el componente de motivación que es «yo quiero ayudarte».
Luego, ¿qué tiene que ver esto con el liderazgo empresarial? De acuerdo con un estudio muy completo dirigido por Jim Collins y documentado en el libro «Empresas que sobresalen», hace falta un tipo de líder muy especial para llevar a una empresa de algo bueno a algo grande. Jim los llama «líderes de nivel cinco». Estos son líderes que, además de estar altamente capacitados, poseen dos cualidades importantes, que son: humildad e interés social.
Estos son líderes altamente ambiciosos en busca del bien común, dado que ansían el bien común no sienten la necesidad de alimentar sus propios egos. De acuerdo con la investigación, éstos constituyen los mejores líderes de negocios. Si analizamos estas cualidades en el contexto de la compasión hallamos que los componentes cognitivos y afectivos de la compasión —comprender y sentir empatía por las personas—, inhibe y atenúa, lo que llamamos esa auto-obsesión que llevamos dentro creando por lo tanto las condiciones para la humildad. El componente de motivación de la compasión crea la ambición por el bien común. En otras palabras: la compasión es la manera de crear «líderes de nivel cinco».
Un segundo beneficio de impacto de la compasión en las organizaciones y empresas consiste en desarrollar talento humano inspirado. Los empleados se inspiran mutuamente hacia el bien común. Esto crea comunidad vibrante, con energía, en la que las personas se admiran y respetan. Esta inspiración mutua promueve la colaboración, la iniciativa y la creatividad vuelve las empresas altamente efectivas.
Los enfoques de liderazgo que no inspiran a la gente, sino que la «callan», son realmente improductivos, hay que cambiarlos. Es necesario que la gestión de otras personas por parte del líder sea compasiva. Es decir, que este se detenga y sea un espectador de sus pensamientos, ponerse en el lugar de los demás, entendiéndolos, y hacer todo lo posible por prepararlos para que tengan éxito.
Mi aporte para las organizaciones y los líderes ante el nuevo desafío mundial es la creación de este modelo llamado: «Las nueve competencias de los lideres compasivos» Que deben desarrollar de inmediato:
- Cuidan de sí mismos y de los demás.
- Observan desde el otro.
- Mentor para su equipo.
- Propósito personal y colectivo.
- Adaptados al cambio.
- Sirven a todos los seres vivos.
- Integridad en su vida.
- Visión estratégica.
En mi libro encontrarás el desarrollo y la aplicación de cada una de estas nueve competencias para la contribución así mismo y hacia los demás.
Quiero dejarte con esta reflexión: ¿Dónde nos equivocamos, y cuál es la causa de la falta de compasión en el mundo? Para hallar la respuesta, acudimos a nuestra senda espiritual. En una de las batallas donde luchó Maoma, él dijo a sus seguidores: «Regresamos de una guerra menor e iremos hacia una guerra mayor, la batalla mayor». Y ellos dijeron: «Mensajero de Dios, estamos cansados de la batalla. ¿Cómo habríamos de ir a una batalla mayor?». Él dijo: «Esa es la batalla del ser, la batalla del ego. Las fuentes de los problemas humanos se relacionan con el egoísmo, el Yo».
Ahora, lo más importante es responderte, ¿Qué puedo hacer para ser generador de compasión? Estoy segura de que tú has tenido experiencias espirituales en tu vida en las que, por unos segundos tal vez un minuto, los límites del ego se disolvieron, y actuaste movido por el propósito.
Hoy más que nunca, tenemos la obligación de reorientar la mente humana hacia el alivio del sufrimiento y hacer que las sociedades eviten la peligrosa situación de encontrarse al borde del precipicio, y en esto todos podemos aportar, porque no hay nadie tan pobre que no tenga nada que dar, ni hay nadie tan rico que no tenga algo que recibir.
Te invito a adquirir mi libro en www.amazon.com. “Y Jesús Lloró: Descubre el Poder del Liderazgo Compasivo” Angela Kohler.
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