Por: Fernando Pinto M. Gerente General de Asgreen
Hace unas semanas, después de más de un año y medio de promulgada la Ley de Eficiencia Energética (Ley 21.305), se publicó su reglamento, que establece los plazos e indicaciones de los reportes que desde ahora deberán presentar las empresas de nuestro país.
Esta Ley viene a destacar la importancia de que las empresas y organismos públicos utilicen el recurso de una forma racional, algo necesario el día de hoy, considerando que los costos de energía siguen en aumento. El desafío es que las instituciones sigan haciendo lo mismo, pero gastando menos.
De acuerdo a la información entregada por el Ministerio de Energía, esta normativa permitiría generar un 7% de ahorro de energía con respecto al consumo final al 2035, apuntando no solo a mejorar el rendimiento energético, sino también a la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero en torno a 6,8 millones de toneladas de CO2 a la misma fecha.
A nivel nacional, a inicios de 2019 existían 31 empresas con 63 instalaciones certificadas bajo la norma ISO50001:2018, y con está Ley los números debieran incrementarse de manera significativa.
Pero, ¿por qué es tan importante la eficiencia energética? Porque el ahorro de energía no solo podría hacerse cargo del 40% de las emisiones de CO2 y cumplir con los objetivos y acuerdos ratificados por Chile y el mundo en el Acuerdo de París, sino también porque permite mejorar la seguridad energética. Además, la eficiencia energética permite reducir gastos que van del 5% al 25% si se aplica de manera sistemática, realizando inversiones de mejora, junto con aumentar la competitividad de la empresa y mejorar la imagen corporativa ante sus stakeholders.
Tenemos un tremendo desafío por delante para llegar a cumplir las metas y compromisos a nivel internacional, si bien la nueva Ley apunta a los grandes consumidores de energía, es clave que la eficiencia energética se aplique en todos los ámbitos de la sociedad.
Si queremos realmente disminuir o frenar el cambio climático, tenemos que cambiar y adaptar nuestra actual forma de vida a un modelo más sostenible y resiliente con el medio ambiente, donde la eficiencia energética es solo una de las herramientas que tenemos a disposición para que esto sea posible.
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