Por: Loreto Mery. Brand Strategist de Grupo Raya
Desde los años 70, hace más de 50 años, comienzan las primeras convocatorias del Día de la Tierra con la intención de defender al planeta de los cambios climáticos (ONU). En la actualidad la preocupación por el medio ambiente persiste.
El 2022 se fijó el 28 de julio como el Día del Sobregiro Ecológico de la Tierra, lamentablemente mucho antes de que el año se acabe, (Earth Overshoot Day, 2022). El problema mayor es que la crisis climática no está sola y la acompañan una serie de crisis simultáneas: inflación, sanitaria, social.
Las personas tienen muchas preocupaciones que los inquietan y las marcas tienen innumerables desafíos frente a las crisis. En este contexto, la interrogante es: ¿Se puede mantener una vida más sustentable en tiempos de crisis?
Las investigaciones de Interbrand indican que en su mayoría las personas sienten que las marcas y los Gobiernos son los responsables, en gran medida, de resolver el cambio climático. Además, que las personas se desvinculan del problema y no lo ven como suyo porque las conversaciones son globales, corporativas, políticas y les hace falta el toque humano y personal para que se identifiquen con la solución.
Frente a una crisis climática que aumenta alarmantemente, para las marcas ya no es suficiente comunicar y visibilizar sobre el tema. El camino debe apuntar a ser parte de la solución y repensar sus enfoques sustentables.
Innovar significa “cambiar las cosas introduciendo novedades”. La misión hoy es provocar el cambio con ideas innovadoras que se conviertan en parte de la solución.
Algunas marcas que incorporan prácticas ecológicas son un buen ejemplo de lo que podría significar parte de la solución. Ikea puso a la venta albóndigas de semillas que no son para humanos, sino para insectos. Con la intención de concientizar sobre la biodiversidad, la compañía fortalece aún más su concepto de casa al activar una solución para la casa de todos: el planeta.
Betterfly, plataforma de recursos humanos que reconoce que todo el mundo tiene algo que dar, convierte hábitos positivos -como caminar o meditar- en beneficios para las personas, empresas, comunidades y el mundo como donaciones y protección financiera.
Ambas marcas tienen en común dos elementos claves: la narrativa nace en el negocio y requieren de la participación de los consumidores, vinculando a las personas en la práctica sustentable.
Nuestra misión es provocar el cambio en las marcas y nuestra labor es buscar formas de co-crear ideas con las marcas y consumidores, para que en conjunto seamos parte de más prácticas sostenibles frente a la crisis.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.