Por: Sebastián Rodríguez U. Gerente general de Emprediem
Hace algunos días se dio a conocer el ranking MERCO Responsabilidad ESG, con las 100 empresas mejor evaluadas del país en criterios medioambientales y sociales, así como también en ética y gobierno corporativo. Mediciones como éstas, han adquirido cada vez más popularidad, sobre todo en lo que respecta al equilibrio que el ecosistema de negocios busca tener en cuanto a su impacto ambiental, social y económico. Es decir, lo que conocemos como Triple Impacto.
Este propósito es un factor elemental si las empresas quieren estar en sintonía con lo que las comunidades esperan de ellas. De hecho, el 88% de los chilenos está convencido de que el cambio climático está en curso y que la actividad humana “es su causa principal”; y el 39% “siente inquietud y angustia por el futuro” en esta materia, todo según el primer Barómetro de la Transformación Ecológica, que se dio a conocer en la conmemoración del Día de la Tierra.
Un estudio de Accenture, para el cual fueron entrevistados más de 11.000 personas a nivel mundial, indica que 59% de los chilenos afirma que, actualmente, las marcas “influyen de forma positiva” para que consuman de forma más sustentable, y aún más, un 64% dijo que “cambió de marca” en los últimos 12 meses por no cumplir con expectativas de cuidado y protección medioambiental.
El emprendimiento ha crecido sostenidamente en el país en los últimos años, y muchos de sus actores lo hacen de la mano de la innovación y el desarrollo sostenible. Pero para continuar creciendo en la línea del Triple Impacto es primordial coordinar esfuerzos, para que las distintas iniciativas se conozcan y promuevan este ecosistema.
Ese ha sido el objetivo troncal de Negocios con Impacto (NCI) en sus 7 años de historia, una plataforma impulsada por Emprediem y Sistema B que gestiona espacios de relacionamiento y vinculación entre grandes, medianas y pequeñas organizaciones, de diversas industrias y zonas del país, donde la búsqueda del Triple Impacto es el área de acción común.
Necesitamos promover este tipo de actividades y sumar esfuerzos para potenciar aquellas iniciativas que tienen una mirada de futuro, donde su actividad aporte a construir un mejor entorno. El antiguo paradigma de éxito basado sólo en los réditos económicos quedó atrás y urge generar acciones concretas, tanto desde el mundo privado como del ámbito público, para ser un aporte real en el desarrollo del país que necesitamos, más conscientes de nuestro impacto en el medio ambiente y entorno social.
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