Por: Christian Villegas G. RR.PP. Corporativo / Consejero Político de Evópoli, región de O´Higgins
Parte de los desafíos de la política actual se vive desde la crisis de la representatividad. La calidad de la democracia es el espejo de un país. En Chile, lamentablemente, elección tras elección, el alejamiento de las personas respecto a las castas políticas es cada vez mayor. Y como muchas veces en la historia, los grupos plutocráticos que se instalan en el poder no logran captar oportunamente el mensaje de rechazo que expresa la ciudadanía. Es impropio calificar de legítimas a autoridades que representan un bajo porcentaje de los electores, como el caso de Felipe Letelier con solo un 13% en el ex distrito 33.
A pesar de esta crisis de representatividad, gran parte de los candidatos entrega discursos llamando a la renovación y a la nueva forma de hacer política, de manera totalmente contradictoria al comportamiento que mantienen al momento de hacer campaña.
Por una parte se habla de renovación, candidatos que en algunos casos buscan ya su tercer periodo parlamentario, por otra parte se habla del electorado informado, pero continúan los actos de asistencialismo, los eventos masivos que por mucho que sea un momento de distensión solo buscan el voto como objetivo final, también se ha incorporado fuertemente el mensaje de regionalismo, aún así continúan llegando enviados desde la capital sin ningún vínculo o sentido de pertenencia con la región.
Pero no podemos dejar fuera lo más relevante de todo este montaje, la totalidad de los competidores por un escaño en el congreso han integrado a su discurso la bandera de la ética y la transparencia, la misma que se olvida al momento de pasar por encima de la ley de propaganda electoral o recibir financiamiento de empresarios ligados a delitos de colusión.
Entre todo este escenario poco alentador hemos visto a una mujer trabajar incansablemente, con más de 20 años de servicio social, un trabajo más silencioso que expuesto ha logrado un capital político que muchos quisieran tanto en fondo como en forma. Me refiero a la ex concejal de Rancagua, Pamela Medina, quien hoy compite por segunda vez por llegar al parlamento representando al distrito 15.
Excluida de las cúpulas, sin maquinarias municipales, con escasos recursos y con baja exposición en los medios de comunicación, Pamela Medina en la elección del 2013 logró poner en las cuerdas al actual Diputado por Rancagua Issa Kort, perdiendo por una estrecha cifra. En un acto de perseverancia y valentía vuelve a enfrentarse en la papeleta con la esperanza de convertirse en la primera mujer Rancagüina en llegar al congreso, con la misma esencia que la vez anterior, recorriendo cada comuna del distrito, haciendo la forma de política que queremos, mirando a la cara, sin falsas promesas, con solo un sueño compartido.
Esta es la segunda elección de parlamentarios con el sistema de voto voluntario, sistema que hace que el electorado informado y comprometido sea el que finalmente incline la balanza, en este escenario la candidatura de Medina corre con amplia ventaja y sale a jugar un partido a ganador.
En estas últimas semanas hemos escuchado en varias ocasiones la importancia de cuidar el presupuesto nacional, de que la próxima administración deberá equilibrar la balanza fiscal y que debemos ser austeros e inteligente a la hora de priorizar los gastos, esto es una realidad, pero dónde queda el ejemplo en este sentido de la clase política que hace monstruosos gastos en campañas sin un sentido social y solo ofrecen como en la vieja Roma “Pan y circo”. En política, hoy más que nunca es tan importante el fondo, como la forma. Si no cambiamos la forma de nada sirven los buenos discursos, se diluyen, se desvanecen al otro día de una elección.
Amigos, llegó la hora de cambiar la realidad política de la región, impedir que el centralismo gane, que se siga monopolizando el poder en los mismos de siempre y comenzar a potenciar esos espacios de participación abiertos, pluralistas y sobre todo democráticos para tener un Chile más justo, libre e inclusivo. Este 19 de noviembre la esperada renovación puede convertirse en realidad, la sociedad civil tiene la potencia suficiente para lograrlo.
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