Comenzando sus actividades pos vacaciones en Caburga, con la supervisión de la entrega de textos escolares del Mineduc a los establecimientos públicos y particulares subvencionados de todo el país

Luego de casi dos semanas de vacaciones, la Presidenta Michelle Bachelet regresó ayer a La Moneda para enfrentar la recta final de su Gobierno.

Sus actividades comenzaron en la comuna de Pudahuel, en un centro de distribución de textos escolares gratuitos, el cual visitó junto a la ministra de Educación Adriana Delpiano, constatando que está todo dispuesto para el envío de 18 millones de ejemplares que se distribuirán en todo el país y este año, por primera vez, se entregarán textos complementarios de asignaturas tales como Orientación, Artes Visuales, Tecnología, Educación Física, Música y Filosofía.

De cara al inicio de clases, la presidenta Bachelet, quien se alista para lo que será su última gira internacional a Japón, indicó que “durante estos últimos cuatro años hemos puesto en marcha una transformación profunda en la educación de Chile. Y ello, justamente, nos ha permitido dar un salto enorme en nuestro sistema educativo, en términos de los principios que lo orientan, en términos de derechos, de inversión pública y de resultados”.

“Como Gobierno pusimos en el centro de nuestro quehacer la educación, porque la sociedad chilena así lo decidió”, agregó.

La distribución de estos textos ya comenzó el 1º de febrero y se extenderá hasta el 16 de marzo en todo Chile, con un período de ajuste entre el 17 de marzo y el 30 de abril. Aunque se espera que el 30 de marzo todos los alumnos hayan recibido sus libros.

“Los cambios estructurales en educación no se hacen a cada rato”

La Mandataria sostuvo que “los cambios estructurales en educación no se hacen a cada rato. En Chile ha habido ciclos de reformas en democracia cada 30 o 40 años, porque las transformaciones demoran en madurar”.

Al finalizar sus palabras manifestó que “seguramente vendrán otros cambios más adelante, pero como Presidenta siento la satisfacción y el legítimo orgullo de haber hecho lo que correspondía para poner a nuestra educación a la altura de los tiempos y las exigencias de nuestra sociedad”.