Proyecto es financiado por el Gobierno Regional y participan 45 jóvenes de entre 10 y 21 años de edad
“Artes marciales combate a las drogas en la comuna de Antofagasta” se denomina el proyecto que desarrolla sus actividades todos los fines de semana en la sede la población Altos del Club Hípico y que busca, por medio del deporte y el trabajo en equipo, alejar a los jóvenes de posibles adicciones, como las drogas o el alcohol.
Esta iniciativa es financiada por el F.N.D.R 2% de “Seguridad Ciudadana y de Carácter Social y Rehabilitación de Drogas”, aprobada por el CORE, y es ejecutada por la Corporación de Desarrollo Norte Grande, que también la cofinancia.
Por medio de la enseñanza del Boxeo Marcial, se apunta a potenciar habilidades y conductas saludables, junto con aumentar la autoestima y los valores de responsabilidad social de los jóvenes que participan del proyecto.
Las clases las dirige el maestro Alberto Hoyos y se realizan todos los viernes, sábados y domingos, a partir de las 13 horas, en la Junta de Vecinos del sector Altos del Club Hípico de Antofagasta. Participan 45 jóvenes en el proyecto, entre los 10 y 21 años de edad.
Objetivos
“Todo es muy positivo, cada vez se suman más jóvenes interesados en aprender sobre el trabajo en equipo a través del Boxeo Marcial. Conozco mucho sobre remediación de inconductas de adolescentes, pues llevo 20 años trabajando de forma constante en esta área. Inculcamos a los participantes valores como el respeto, la disciplina, el amor al prójimo y lo esencial sobre la familia. Todo eso desde la cercanía y la confianza”, explicó el profesor de los talleres, Alberto Hoyos, quien además es cinturón negro y Quinto Dan.
Dentro del proyecto se considera el acompañamiento de un psicólogo, labor que realiza la profesional Bernardita Peralta, quien tiene a su cargo la tarea de concientizar a los jóvenes sobre la responsabilidad que conlleva el aprendizaje de las artes marciales, tanto en lo personal manteniéndose alejados de la droga, como en lo social, donde sus nuevas habilidades y destrezas los colocan en una posición de superioridad física que debe encauzarse en bien de la sociedad y defensa de los más débiles.
“La idea es contribuir a fortalecer factores que les ayuden a abstenerse del consumo de drogas por vía de potenciar la confianza en sí mismos y la relación de confianza con las figuras de autoridad. La importancia de este grupo etario tiene que ver con su particular vulnerabilidad frente a sustancias estupefacientes debido a los procesos de desarrollo biopsicosociales que se producen durante la adolescencia”, señaló.